El Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) es una de las organizaciones más poderosas del país, no sólo por las prestaciones que tienen sus integrantes, el número de afiliados o los 386 millones de pesos (más de 17 millones de dólares) de cuotas sindicales que aproximadamente recolecta al año, de acuerdo a cálculos de ejecentral, además de todas sus propiedades; sino porque tendría la capacidad de paralizar al país por la información que posee y la infraestructura estratégica que tiene en sus manos.
›Desde hace 45 años este sindicato lo controla una familia. Primero, por más de 30 años, el secretario general fue Leonardo Rodríguez Alcaine, y a su muerte, en 2005, le heredó el cargo a su sobrino Víctor Fuentes del Villar, un hombre que entonces tenía 69 años y quien desde entonces conduce el destino de más de 72 mil trabajadores sindicalizados.
Según la Revista Alegatos, editada por el Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, el nombramiento del “sobrino del tío”, como dicen los electricistas a Fuentes del Villar, como secretario general interino se hizo “violando la ley (Estatuto del SUTERM) interna sindical”. Incluso, la ratificación del cargo se “realizó como una simulación electoral”.
Según ese artículo, la entrada de líder sindical se dio con el “desinterés de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el gobierno federal, que es quien decide realmente, con criterio político y no jurídico”.
“El Jefe”, como lo suelen identificar, ingresó a la CFE en 1956, a los 20 años, cuando ya su familia ocupaba cargos directivos dentro de la organización sindical. Hoy tiene 84 y ha sabido lidiar con el poder, lo mismo que priistas, panistas y ahora morenistas, y cada vez ha aumentado los beneficios para el Suterm.
Un año antes de celebrar las elecciones presidenciales de 2018, el sindicato electricista hizo saber públicamente que “algunos trabajadores de México proponen integrar un partido político cuya base sean los trabajadores de la energía”, y se pronunció por “la renacionalización de la industria eléctrica”.
Fuentes del Villar considera como sus enemigas a las empresas privadas como Westinghouse Electric, General Electric (GE), E.ON, Iberdrola y Mitsubishi, entre otras o al menos eso ha dicho públicamente.
En marzo de 2017, por ejemplo, en el marco del Seminario sobre Situación y Perspectivas del Sector Eléctrico en México, Héctor Cuapio Ortiz —representante del Suterm en las asambleas de la CFE—, leyó un discurso “en representación de Víctor Fuentes del Villar”, y en él sostenía que “algunos de nuestros enemigos” son las empresas de la iniciativa privada, de las cuales en ese entonces detectaron que había más de 300 compañías nacionales y extranjeras “realizando actividades que corresponden exclusivamente a la nación”.
El sindicato tiene un lugar en el Consejo de Administración de la CFE y en varios de los comités, desde los de Adquisiciones, Estrategia de Inversión y en el de Recursos Humanos. Actualmente, el dirigente sindical asiste al primero de los comités, en el que se analizan y autoriza todas las compras de la empresa productiva del Estado.
La organización de periodistas Connectas, de la mano del periódico El Universal, publicaron el reportaje “Sueldo de obrero, casas de millonario”, en el que señalan que a pesar de que en 2015 Víctor Fuentes tenía un sueldo legal 20 mil 628 pesos (valor histórico), era propietario en ese entonces de cinco propiedades con un valor superior a los 30 millones de pesos, inversión que habría requerido 121 años de su sueldo para comprarlas. Pero nunca se le ha acusado de algún delito.