El estado de salud del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, ha generado preocupación en Palacio Nacional y en Morena porque se está deteriorando rápidamente. El escenario es dramático en términos electorales, pues don Miguel ni siquiera ha cumplido un año en el poder y se está pensando en las alternativas, en el entendido de que ir a una tercera elección en 18 meses sería muy desgastante para los poblanos. Los observadores locales ven en la renuncia de Fernando Manzanilla una estrategia política. Si se diera una elección y quisiera competir, necesitaría estar fuera de un cargo público al menos seis meses. Oséase, ¿está zopiloteando al gobernador? Se oye feo y no es políticamente correcto, pero si don Fernando no lo está haciendo, muchos otros en la Ciudad de México y en Puebla, sí.