Convocados por México, los presidentes y cancilleres de una docena de países latinoamericanos discuten este domingo mecanismos que contribuyan a frenar el flujo migratorio; para conseguir una migración ordenada en momentos en que decenas de miles de personas buscan llegar a la frontera con Estados Unidos.
La cumbre se realiza en el sitio arqueológico de Palenque, en el estado mexicano de Chiapas, fronterizo con Guatemala y por donde transita el grueso de quienes dejan sus países escapando de la pobreza o la violencia.
La “base de todo es que se atienda a la gente en sus lugares de origen porque la migración no es por gusto, es por necesidad”, dijo a la prensa el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador tras llegar el sábado a esta localidad enclavada en la ruta migrante.
La cancillería detalló que “se analizarán las causas de la movilidad humana, como la pobreza, la desigualdad; la falta de oportunidades laborales” y se “explorarán acciones coordinadas” para un tránsito ordenado de personas.
La noche del sábado, estaba anunciada la asistencia de los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Cuba, Miguel Díaz-Canel; Honduras, Xiomara Castro, y Venezuela, Nicolás Maduro, además del primer ministro de Haití, Ariel Henry.
Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Panamá estarán representados por funcionarios de distinto rango.
De esos países proviene la gran mayoría de los 1,7 millones de migrantes que, según México, han alcanzado durante 2023 la frontera con Estados Unidos, considerada la ruta terrestre “más peligrosa de mundo” por la Organización Internacional para las Migraciones.
“Negocio vil y sucio”
En un albergue de religiosas católicas localizado en Palenque, una veintena de migrantes rezan antes de comer.
Uno de ellos es Jorge Rodríguez, venezolano de 33 años que dejó su país hace dos meses y atravesó caminando la peligrosa selva del Darién, fronteriza entre Venezuela y Colombia.
“Lo que puedo suponer de esa reunión es que van a decidir la deportación de cada uno de todos los que estemos en el camino”, dice a la AFP.
Rodríguez, a diferencia del común de los centroamericanos poco politizados, conoce las potenciales consecuencias; y como “estrategia” solicitó refugio en
México
para evitar ser regresado a su país si es detenido.
Sabe que el pasado miércoles llegó a Caracas el primer vuelo con venezolanos deportados desde Estados Unidos tras un acuerdo del gobierno de Joe Biden con Maduro, pese a no reconocerlo formalmente como presidente.
“Es un negocio vil y sucio usarnos como la carta que tienen bajo la magna. Plata para su bolsillo (del gobierno) ¿y el venezolano qué?”, añade Rodríguez, también informado de que Washington ha aligerado las sanciones económicas contra Caracas.
Confusión
La crisis migratoria es uno de los obstáculos que Biden enfrenta hacia la reelección en 2024; con constantes acusaciones de los republicanos e incluso de aliados de que ha fracasado en este terreno.
El demócrata llegó a la Casa Blanca en 2021 con la frontera cerrada por la pandemia. Tras ser reabierta, ha lanzado distintos mecanismos dirigidos a venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses.
Biden pidió el viernes al Congreso 13.600 millones de dólares para reforzar la frontera con México, gestionar la migración irregular y luchar contra el fentanilo, dentro de un paquete de más de 105.000 millones de dólares para ayudar a Ucrania e Israel y contrarrestar a China.
“Hay mucha confusión, la información a veces es errónea y eso hace que fluya más la migración”, dice a la AFP Evelina Ramírez, psicóloga del albergue y testigo de cómo repunta el flujo con cada nuevo anuncio estadounidense.
Al llegar al sur de
México, añade, los migrantes descubren que tienen que estar en la frontera norte para conseguir esos beneficios; y se lanzan clandestinamente sin esperar un permiso de
México, siendo presa fácil del crimen organizado y de las mismas autoridades.
“Vemos cómo la situación migratoria cada día es peor”, apunta Ramírez al asegurar que habitualmente albergaban a un centenar de personas pero ahora apenas una veintena.
Lo atribuye a la llegada de “cárteles de las drogas” a Chiapas, estado antaño ajeno a la violencia pero que ahora, dice, es terreno de disputas por el control de la migración clandestina. DJ
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