En una jornada marcada por la efervescencia y el vaivén de posturas, el segundo día de deliberaciones sobre el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, en lo particular, se distinguió por su intensidad y polarización en el recinto legislativo. Con más de 300 ponencias agendadas, la sesión avanzó con parsimonia, eclipsada por la retórica incendiaria y un receso estratégico de casi tres horas.
Una discusión que se tornó un zafarrancho tras la ponencia del diputado de Acción Nacional, Jorge Romero Herrera, quien invitó a los grupos parlamentarios a hacer el esfuerzo por asignar recursos para la reconstrucción de Acapulco y las zonas dañadas por el huracán Otis.
“Solo con lo que se subestimó el petróleo, solo con lo que se hace del IPAB y que se le está aportando. Lo que se ocupa familia, es que tengamos voluntad, pero, sino que quede en la historia esta fotografía: la oposición los está convocando a la unidad y, algunos porque no todos, sí se los agradezco a la gran mayoría, y algunos cuando se les convoca la unidad gritan, nos gritan. Ustedes sabrán. Pido formalmente a la presidencia votación en tablero electrónico de esta votación y apelamos a su conciencia nacional compañeras y compañeros”, señaló Romero Herrera.
Sin embargo, la presidenta de la Sesión Ordinaria, la diputada Marcela Guerra Castillo, señaló que el tablero electrónico sólo es usado cuando hay dudas en la votación nominal, lo que calentó los ánimos y llevó a una suspensión de casi tres horas, aunque al final fue votada y desechada.
Antes de eso, la diputada Mirza Flores, representante de Movimiento Ciudadano, lanzó la primera piedra calificando el presupuesto como “irresponsable”. Desde el bastión de Jalisco, expresó la insatisfacción de los ciudadanos, reclamando una revisión profunda del pacto fiscal que, según sus palabras, desfavorece a su estado.
El pleno se convirtió en un escenario de batalla verbal, con votaciones cerradas que reflejaron las fisuras ideológicas. En este contexto, la oposición insistió en una demanda crucial: recursos para Guerrero, región asolada por el reciente embate del huracán “Otis”. La propuesta de eliminar el Fobaproa generó agudas divisiones y encendidas disputas entre las bancadas.
Rubén Ignacio Moreira Valdez, legislador del PRI, elevó la voz en defensa de Guerrero, clamando por una redistribución de recursos y señalando la falta de voluntad histórica para atender la región tras el embate del huracán. El legislador de extracto priista propuso que se destinaran a Guerrero los 50 mil millones de pesos en lugar de dárselos a los banqueros. La tensión aumentó cuando la votación generó dudas, y la insistencia en el uso del tablero electrónico provocó un nuevo debate. La situación culminó con la repetición de la votación y la llamada a apoyar a Guerrero en medio de gritos y protestas en la Cámara. Aunque al final los votos recayeron en la negativa.
Durante su intervención, mencionó las ganancias bancarias, destacando que gran parte provenía de comisiones sin riesgo y actividades ajenas al propósito original de la banca. Criticó la asignación anual de fondos para el Fobaproa y realizó un apasionado llamado a redirigir esos recursos hacia la emergencia en Guerrero, exponiendo la injusticia de beneficiar nuevamente a los banqueros.
No obstante, esta jugada para los expertos es populista, ya que el Fobaproba (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), es parte de la Deuda Pública, y no pagarla traería serias consecuencias desfavorables para la calificación soberana, es decir, saldría más caro pedir crédito en el futuro y bajarían las probabilidades de conseguir recursos.
En medio del cruce de acusaciones y reproches, los legisladores de Morena enarbolaron la bandera de la Cuarta Transformación, destacando los logros en justicia social y la drástica reducción de la pobreza. Mientras tanto, la diputada Cynthia Iliana López Castro, del PRI, alzó su voz en reclamo por el escaso presupuesto destinado a la educación, subrayando la urgencia de priorizar este sector.
Maximiliano Barbosa Llamas, congresista de Morena, defendió con ardor la gestión de López Obrador y profetizó la continuidad de su partido en el poder, “Pésele a quien le pese”. Sin embargo, la oposición arremetió, denunciando el uso estratégico de los programas sociales como herramienta electoral y demandando transparencia en las transferencias gubernamentales.