Las diferencias con Carlos Urzúa, exsecretario de Hacienda, fueron de ‘estilo’, dijo Margarita Ríos-Farjat, jefa del Servicio de Administración Pública (SAT)
Las discrepancias que señaló Urzúa en su carta de renuncia ocurrieron con el jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romoy con Ríos-Farjat, confirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien también reconoció diferencias con el ahora exfuncionario.
Durante su participación en el 80 Congreso Nacional de Agentes Aduanales, en Yucatán, la titular del SAT fue cuestionada sobre el tema y se limitó a responder que todo se trató del ‘estilo’.
De estilo, el estilo”, dijo brevemente sobre las diferencias con Carlos Urzúa.
Ante la insistencia de los reporteros, la funcionaria evitó hablar más del tema y dijo que se toma su papel de forma seria.
“No me gusta contribuir nunca a las elucubraciones, me gusta mantener un papel serio”, señaló.
En su edición impresa de este jueves, ejecentral logró, a partir de una decena de testimonios, reconstruir lo que ocurrió en el entorno del secretario de Hacienda en los últimos días y las fisuras que se articularon hasta el punto de quiebre entre dos amigos que hace más de 20 años se conocen.
Desde hace tiempo Urzúa quería incorporar a una persona que le respondiera en el SAT, y surgió el nombre del excomisionado Renato Sales Heredia.
Sales Heredia, según los planes de Urzúa, ocuparía este mes la titularidad de la Administración General de Evaluación del SAT, un área estratégica, porque allí se investiga y se emiten las sanciones administrativas a servidores públicos, lo que le permitiría al Secretario de Hacienda tener la certeza de que en el Servicio de Administración Tributaria no se cometerían ilícitos y, en su caso, podrían atajarlos. Pero Margarita Ríos-Farjat lo entendió como una cuña y no aceptó. El Presidente Andrés Manuel López Obrador intervino, y no apoyó a Urzúa, simplemente Renato Sales no llegaría a su gobierno, no le dijo por qué, pero detuvo el nombramiento que estaba listo.
Para el secretario de Hacienda era una confirmación más de que no contaba con “el apoyo del jefe”. Lo conocía bien, había buscado muchas formas de que su opinión tuviera peso en las decisiones estratégicas y que el Presidente tuviera una visión integral de la hacienda pública, pero el maltrato era constante y eso le molestaba mucho. Algo se había roto desde finales de enero y este viernes Carlos Urzúa decidió que era tiempo de renunciar.EM
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