Cientos de personas acudieron al tianguis de Río Blanco, en la Ciudad de México, con la esperanza de encontrar un disfraz para el Día de Muertos, el más claro regreso de la normalidad para la capital del país.
Entre máscaras, pelucas y maquillajes, las personas platican sobre los planes que tienen para este fin de semana, se emocionan e incluso muestran los arreglos que llevarán a las tumbas de sus seres queridos, a quienes podrán visitar luego de que las autoridades capitalinas anunciaron que este año los panteones de la ciudad permanecerán abiertos.
La normalidad se vive entre flores de cempasúchil, papel picado y disfraces que van desde las típicas calaveritas hasta las series más populares del momento.
Sostén económico. Más de 100 familias dependen de la actividad comercial de este mercado.
Jorge Salas, comerciante de este mercado, aseguró que “el tianguis revivió este año”, algo que se perdió en las partes más críticas de la pandemia, que resultó en un fuerte golpe para las más de 100 familias que dependen de esta romería.
Para Adela Gutiérrez, quien vende decoraciones, las emociones han sido diferentes, y es que algunos clientes le cuentan que este año tendrán que “añadir a un familiar al altar por la pandemia”, algo que la motivó a crear calaveritas del personal de salud, a manera de reconocimiento.
Aunque la celebración hace que la pandemia parezca lejana, los rostros cubiertos por cubrebocas de todos los colores son un recordatorio del peligro que parece entumecido ante estas fechas, que han devuelto algo de alegría a una de las ciudades más golpeadas por la crisis sanitaria.
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