El gobierno federal no tuvo más remedio que diluir 225 mil 200 millones de pesos, provenientes del Remanente de Operación del Banco de México, para controlar la deuda neta soberana que ya había prendido las alertas para las calificadoras internacionales. Aun con esta maniobra, y consumiendo 70% de los excedentes que Banxico obtuvo durante 2016, paradójicamente por la caída de 20% que el peso tuvo frente al dólar, el gobierno de Enrique Peña Nieto apenas logró que la deuda retrocediera por debajo de los 5 puntos porcentuales, con respecto al Producto Interno Bruto (PIB). Hasta el cierre del segundo trimestre de este año, la proyección al cierre de 2017 sobre la deuda neta nacional, será de un retroceso de tan sólo de 0.6% en comparación con el índice registrado al cierre de 2016. Esa cifra podría reducir un poco más al considerar la inyección de los flujos remanentes de Banxico, con lo que el retroceso sería de 2.1% al cierre del año, todavía por debajo el pronóstico de crecimiento anual del PIB. Esos serán los últimos indicadores sobre la deuda neta con los que la administración Peña Nieto afrontará el proceso rumbo a la elección del año próximo, de acuerdo con las cifras que el presidente envió a la Cámara de Diputados como parte de su 5to Informe de Gobierno, en la sección México Próspero De acuerdo con el desglose presentado por la Presidencia, hasta junio pasado, el saldo de la deuda neta nacional, en la que se incluyen la del gobierno federal, de las empresas productivas del estado y la contraída con la banca de desarrollo, fue de 9 mil 300 millones de pesos. Lo que significó que del último dato previo, a diciembre de 2016, este indicador ha retrocedido 393 millones de pesos. Por rubros, aunque la deuda interna sigue siendo más elevada en comparación con la deuda externa, esta última creció, al contrario de retroceder. Los datos entregados por e presidente muestran que, mientras la deuda externa fue de 177 millones 692 mil pesos, para el corte de junio pasado, ese indicador macroeconómico avanzó poco más de diez millones, hasta ubicarse en 187 millones 317 mil pesos. Las cifras no favorecen al gobierno del presidente, ya que los montos de deuda con los que llegará a la recta final de su sexenio, no muestran una marcada tendencia hacia el abatimiento del endeudamiento soberano, esto si se considera que, al cierre de 2013, es decir al primer cierre de año fiscal correspondiente a la administración Peña Nieto, la deuda neta nacional equivalía a 38.3 % del PIB nacional. Lo que significa que en tan sólo cuatro años se desfasó 11.8 puntos porcentuales. En su 5to Informe, el presidente también detalla que una vez que los remanentes de Banxico fueron prácticamente diluidos para controlar el ascenso de la deuda, el 30% restante, es decir 96 mil 500 millones de pesos se utilizaron para “fortalecer la posición financiera del gobierno federal”.
5 de Noviembre de 2024
