El llamado trastorno de conducta del sueño con movimientos oculares rápidos hace que las personas representen físicamente sus sueños, lo que puede provocarles lesiones importantes a ellas mismas o a sus compañeros de cama y además puede ser predictor de problemas neurológicos; sin embargo, es posible que en un futuro tenga tratamiento.
Un equipo de investigación del complejo sanitario Mount Sinai publicó este jueves en el Journal of Neuroscience el primer estudio que identifica una forma de tratamiento para el trastorno de conducta del sueño REM (por las siglas en inglés para movimientos oculares rápidos), también conocido como “conducta de actuación de los sueños”.
Los pacientes con esta condición representan sus sueños vívidos (en particular sus pesadillas) con sonidos vocales y movimientos de brazos y piernas repentinos y a menudo violentos durante el sueño REM, una etapa del sueño que sucede muchas veces en una noche, representa alrededor del 20 % del tiempo que pasamos dormidos y es el período en que se sueña y en que los músculos no tienen tonicidad.
El trastorno conductual del sueño REM o desincronizado puede ser un síntoma de enfermedades neurológicas, como ciertas formas de demencia, la enfermedad de Parkinson o la atrofia multisistémica; de hecho, el nuevo tratamiento surgió a partir del estudio de los problemas de sueño durante los procesos de neurodegeneración, cuando las células cerebrales van perdiendo su función y se acumula la proteína llamada tau.
PUEDES LEER: Los “sueños Covid-19” pueden ayudar a procesar la realidad
“Anticipamos encontrar una ruptura de la calidad del sueño con neurodegeneración progresiva relacionada con la acumulación de tau”, dijo en un comunicado de prensa Korey Kam, autor principal del estudio; sin embargo, que afecte la conducta de actuación de los sueños “fue una sorpresa”.
Pero “fue aún más sorprendente y emocionante” que lograron encontrar una sustancia que podía minimizar significativamente los comportamientos de representación de los sueños.
Entre los factores de riesgo para este trastorno, destaca ser hombre y tener más de 50 años (aunque cada vez más mujeres menores de esa edad), padecer narcolepsia, usar antidepresivos o tener un tumor cerebral.
SIGUE LEYENDO |