Debido a los reconocidos daños que provocan a la salud, unas sustancias llamadas parafinas cloradas han estado prohibidas en Canadá durante una década; sin embargo, todavía es posible encontrarlas en una gran cantidad de productos en el mercado internacional, en particular en juguetes y audífonos
Según un nuevo estudio que se publica hoy en la revista Environmental Science: Processes & Impacts, las parafinas cloradas de cadena corta están presentes en más de 85 % de los productos analizados, incluidos audífonos, juguetes de plástico, ropa, productos de cuidado personal y pinturas para interiores que se pueden comprar en Estados Unidos e incluso Canadá.
Las parafinas cloradas se clasifican en tres clases, según la longitud de la cadena de átomos de carbono que la componen. En particular, las de cadena corta causan cáncer en ratas y ratones de laboratorio, específicamente en el hígado, la tiroides y los riñones.
Por tal motivo, aunque no hay estudios en humanos, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer los clasifica como posibles carcinógenos humanos.
Canadá prohibió todas las parafinas cloradas en 2012, y el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes consideró en 2017 que las de cadena corta deben ser eliminadas, debido a su toxicidad y a su persistencia y potencial de bioacumulación, pues se les ha encontrado en vida silvestre, en leche y sangre humanas.
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“Es importante señalar —escriben los autores— que se permite el uso de las parafinas cloradas de cadena corta hasta en un 1% en peso en mezclas con las otras parafinas, y que la lista incluye numerosas exenciones, como su uso en la industria del cuero, adhesivos y como plastificantes secundarios en cloruro de polivinilo flexible, pero las exenciones no incluyen juguetes y productos para niños”.
Se calcula que a nivel global, la producción de estas sustancias es de más de 1 millón de toneladas por año, pero hasta ahora, no se conocían muchos de sus usos específicos.
El estudio detectó las concentraciones más altas de parafinas cloradas en audífonos y cables de computadora; después, en juguetes y envases de juguetes.
“Nos asombró encontrar parafinas cloradas en este tipo de productos. Cualquier padre se estremecería ante la idea de que su bebé mastique un juguete lleno de sustancias químicas que causan cáncer”, dijo Hui Peng, profesor investigador de la Universidad de Toronto y uno de los coautores del estudio.
“Necesitamos proteger a nuestros niños y al público en general de estas sustancias nocivas”, agrega el experto en un comunicado de prensa.
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