El Tricolor vivió una noche de ensueño en su debut de la Copa Oro, pues tras una serie de altibajos que han mermado el estado anímico de los futbolistas y fanáticos, los seleccionados mexicanos mostraron una versión futbolística que no se veía hace ya mucho tiempo con un comienzo triunfal para Jimmy Lozano, quien llegó como “bombero” tras la destitución de Diego Cocca.
Cabe destacar que el estilo de juego que quería imponer el técnico argentino era más defensivo, cuya táctica no relucía el estilo aguerrido, propositivo y con buen manejo del balón, que pocas veces se le ha visto a la Selección Mexicana.
Una esencia que se ha ido perdiendo al paso de los años y que lamentablemente solo surge en ocasiones contra rivales de mayor jerarquía futbolística, o en torneos de gran importancia como en un Mundial, es evidente que hay excepciones como en Qatar.
No obstante, ese nivel de juego que tanto se le añoraba a los mexicanos salió a la luz con un entrenador que ya conoce las virtudes de sus jugadores. Sin embargo, esto abre un debate entre los medios, pues que prácticamente de la “noche a la mañana”, el Tri recuperó un nivel fenomenal y aquellos jugadores a los que se les reclamaba por un paupérrimo rendimiento en el campo, jugaron como “estrellas mundiales”.
La velocidad con la que recuperaron ese nivel futbolístico pone en duda si no fue una “tendida de cama” por parte de los aztecas hacia su antiguo técnico, debido al cambio de faceta que mostraron en tan poco tiempo. Sólo resta esperar los siguientes encuentros y ver cómo finaliza el torneo para sacar conclusiones.
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