En un ambiente tenso entre los aspirantes a la candidatura presidencial por Morena, la dirigencia del partido y los representantes de las llamadas “corcholatas” se reunieron a puerta cerrada para elegir a las encuestadoras encargadas de definir al ganador del proceso interno.
Al cierre de esta edición, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador no había informado sobre las empresas que se encargarán de realizar la encuesta que definirá a la persona que encabezará la defensa de la Cuarta Transformación y, a la postre, será el candidato presidencial.
A convocatoria de Mario Delgado, presidente nacional del partido, los representantes de los seis aspirantes arribaron a las instalaciones del CEN de Morena bajo el requisito de “máxima confidencialidad” para no revelar detalles de la reunión, ni el nombre de las casas encuestadoras y así evitar que reciban algún tipo de presión.
Delgado se había comprometido a dar una conferencia de prensa para informar sobre las decisiones tomadas en la reunión, pero hasta las 21:00 horas el cónclave no había terminado, lo que incrementó la tensión que se vive desde ayer, cuando el excanciller Marcelo Ebrard acusó a la dirigencia nacional de tolerar el uso de recursos públicos y la estructura del gobierno federal para beneficiar a Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con la Comisión de Encuestas y del Consejo Nacional de Morena, el objetivo de la reunión de este jueves es que se elijan cinco casas encuestadoras, una por cada aspirante, salvo Gerardo Fernández Noroña que no presentó ninguna propuesta.
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Las encuestadoras estarán encargadas de levantar una muestra espejo que se realizará de manera paralela al ejercicio de la dirigencia del partido; pero no será hasta la mañana del 18 de agosto cuando se convoque a las empresas seleccionadas para informarles las reglas, el tamaño de la muestra que se decidió, las fechas y el lugar donde levantarán los cuestionarios.
La encuesta será levantada entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre, con la intención de que el ganador o ganadora sea anunciado oficialmente el 6 de septiembre.
Una de las primeras en llegar fue la senadora Martha Lucía Mícher, en representación de Marcelo Ebrard, quien retomó la postura del excanciller y reiteró que solicitarán a la dirigencia de Morena que “haga las cosas bien” y termine la presunta campaña en favor de Sheinbaum.
Mícher enfatizó que desde el inicio del proceso indicaron que no había “piso parejo” y adelantó que de ser necesario acudirán al Instituto Nacional Electoral (INE) a denunciar los supuestos delitos electorales, pues la respuesta de Mario Delgado a sus demandas “no fue suficiente”.
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