El problema ambiental al que el mundo entero se enfrenta va más allá del cambio climático o la degradación de los ecosistemas; un estudio del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) advierte que en 2022 más de 750 millones de personas en todo el mundo sufren de desnutrición.
Este número de personas en desnutrición representa un crecimiento del 35 por ciento en comparación con los datos que el Lloyd´s Register Fundation World Risk Poll recogió en 2021.
Sin embargo, no son los únicos problemas al que se enfrentan las personas alrededor del mundo, pues estas condiciones adversas pueden transformarse en el combustible para disturbios civiles y el desplazamiento de millones de personas a causa de la degradación ecológica y cambios climáticos en sus comunidades.
De un total de 228 países analizados, el IEP encontró que 27 se encuentran en un “punto crítico”, pues no cuentan con las herramientas para hacer frente a los problemas futuros que se avecinan.
Entre los países que alimentan esa lista de 27 se encuentran 23 naciones de África y Oriente Próximo, aunque también aparecen dos representantes de América Latina: Haití y Venezuela.
Lo más preocupante es que en esas naciones habitan 768 millones de personas que se encuentran en una “grave inseguridad alimentaria”, misma que se prevé empeore a consecuencia del cambio climático, la inflación y la guerra en Ucrania.
El estudio del IEP señala que la principal causa de la desnutrición es el “estrés hídrico” que sufre el 20 por ciento de la población mundial sin acceso a agua potable limpia.
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Y aunque actualmente este problema se concentra de manera importante en África, para el año 2040 se prevé que Grecia, Italia, Países Bajos y Portugal, entre otras naciones europeas, sufrirán del mismo problema.
La razón principal será el crecimiento desproporcionado de las “megaciudades” en todo el mundo, lo cual implica no solo mayor contaminación, también un exceso del consumo de agua cada día mayor.
Las “megaciudades”, advierten, pasarán de 33 actualmente a 47 en el año 2050, y las más afectadas seguirán siendo aquellas con menor capacidad de saneamiento, ya sea por problemas económicos o relacionados con corrupción, violencia y falta de políticas públicas.
El 60 por ciento de estas “megaciudades”, destaca el informe, se ubican en países con bajos índices de paz y altas tasas de crecimiento poblacional, mismas que a mitad de siglo incrementarán en mil 300 millones de personas, el equivalente al 49 por ciento del crecimiento poblacional mundial.
Más personas concentradas en una ciudad, generará más problemas para emitir políticas públicas que detengan el deterioro de los ecosistemas, la crisis hídrica y la contaminación del aire, haciendo de esto una cadena incontenible.
En la actualidad el costo por la contaminación del aire se calcula en 6.1 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, unos 8.1 billones de dólares al año, y cobra entre seis y nueve vidas anualmente.
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