Las autoridades españolas anunciaron este martes haber desmantelado una red de reclutamiento y radicalización yihadista presente en 17 prisiones del país. Agentes de la Guardia Civil identificaron e interrogaron “en calidad de investigados a 25 internos de diferentes centros penitenciarios españoles, acusados de formar parte de un grupo afín a Daesh [acrónimo árabe del Estado Islámico] dedicado a la radicalización de otros presos”, indicó un comunicado del Ministerio del Interior. Del grupo formaban parte una “veintena” de detenidos con antecedentes por yihadismo y el resto fueron radicalizados en prisión, según una fuente antiterrorista. En su mayoría son marroquíes o españoles de origen marroquí, así como españoles “convertidos” y un danés, precisó la fuente. El ministerio ofreció escasos detalles de la actividad del grupo, mencionando solamente que tenía una “finalidad proselitista”. No precisó si los presos estaban conectados de alguna manera con el Estado Islámico. Según la fuente antiterrorista, no tenían un “plan concreto” de atentado, pero “creaban un estado de opinión beligerante hacia el personal penitenciario”. Algunos de ellos debían ser puestos en libertad próximamente, por lo que la justicia deberá determinar si son mantenidos tras las rejas. “Si bien la investigación comenzó sobre un interno en un centro penitenciario en particular, a fecha de hoy la actividad ilícita del grupo se extendía a 17 centros, lo que supone el 55 por ciento de las prisiones que alojan presos vinculados al terrorismo yihadista”, señaló el comunicado del ministerio. España fue golpeada en agosto de 2017 por un doble atentado reivindicado por el Estado Islámico, en Barcelona y Cambrils, que dejó 16 muertos. En marzo de 2004, Madrid fue escenario del atentado yihadista más mortífero en Europa, cuando varias bombas colocadas en trenes de cercanías de Madrid causaron 191 víctimas mortales.