A pesar de las múltiples incertidumbres geopolíticas, del cambio climático y la volatilidad de los precios de insumos críticos, las Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2023-2032 que se publica hoy, prevé que en América Latina el comercio de estos productos crecerá en la próxima década; sin embargo, también considera que la contribución del sector a las emisiones de efecto invernadero será aún mayor del que correspondería al aumento de la producción.
Según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el caso latinoamericano, en cuanto a la producción agrícola y alimentaria, no es excepcional, ya que se espera que a nivel mundial dichos rubros aumenten en los próximos 10 años, pero a un ritmo de crecimiento más lento que en la década anterior debido a las tendencias demográficas.
Así, se prevé que a pesar de las incertidumbres, y sin considerar cambios bruscos en el clima global, la producción mundial de cultivos, productos pecuarios y pescado crezca a una tasa anual promedio del 1.1 % durante el periodo, mientras el consumo total de alimentos aumentará un 1.3 % anual hasta 2032.
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Para Latinoamérica las Perspectivas, que se consideran la referencia mundial en el tema, prevén que el superávit comercial agrícola crezca en total un 17% para 2032 y que las exportaciones desde la región lo hagan en 40 %.
Sin embargo, se espera que las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura aumenten a nivel global en un 7.5% en la próxima década (86% del aumento ocurrirá en el sector ganadero), lo cual equivale a poco menos de la mitad del crecimiento de la producción proyectado e indica una mejora en los sistemas de producción agrícola.
Sin embargo, tanto en África subsahariana como en América Latina habrá un aumento de las emisiones junto con el de la producción agrícola y ganadera, y en esta última las emisiones seguirán siendo “más altas que la participación de la región en la producción mundial”. El informe destaca la importancia de que se hagan inversiones transformadoras en los sistemas agroalimentarios de estas regiones.
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