Hasta ahora, el análisis de restos alimentarios en vasijas cerámicas alcanzaba a llegar a “apenas” unos dos mil años en el pasado; sin embargo, hoy se publica que, además de extender ese límite unos cuatro mil años más, encuentra muestras de costumbres culinarias en el periodo Neolítico en la Gran Bretaña.
El estudio, que se reporta en la revista Nature Communications, se basa en análisis químicos de restos de grasas que se encuentran en fragmentos de cerámica antigua e increíblemente bien conservada en las aguas que rodean pequeñas islas artificiales, llamadas crannogs, en Escocia.
Así, los investigadores pudieron discernir que los habitantes de la zona alrededor del año 4000 antes de Cristo cocinaron distintos cereales, entre ellos el trigo, en ollas y los mezclaron con productos lácteos y ocasionalmente con carne. También descubrieron que quienes estuvieron en los crannogs usaban ollas más pequeñas para cocinar cereales con leche y ollas más grandes para platos a base de carne.
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“Es muy emocionante ver que los biomarcadores de cereales en vasijas pueden sobrevivir en condiciones favorables en muestras de la época en que se introdujeron los cereales (y la cerámica) en Gran Bretaña”, comenta en un comunicado de prensa Simon Hammann, de la Universidad de Bristol, uno de los autores principales de la investigación.
La investigación también reveló que muchas de las vasijas estaban decoradas, lo que sugiere que tuvieron algún propósito ceremonial. Esto podría ayudar a desentrañar la función real de los crannogs, que hasta la fecha no se comprende, ya que algunos son demasiado pequeños para una ocupación permanente.
Antes de este hallazgo, la técnica de detección de grasas se había utilizado en cerámica romana encontrada en aguas de las las proximidades del Muro de Adriano (ubicado al norte de la Gran Bretaña); pero ahora que se sabe que la técnica puede aplicarse para rastros miles de años más antiguos, cabe esperar que se utilice para revelar más tradiciones culinarias de otras épocas y lugares.
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