Dentro de los primates, entre los cuales se cuenta la especie humana, hay muchas especies que desaparecieron por motivos hasta ahora desconocidos. Uno de ellos era el Gigantopithecus blacki, una criatura de más de tres metros que podría superar los 250 kilos, pero los científicos ya encontraron la razón de su extinción.
Según los rastros fósiles que ha dejado, el Gigantopithecus blacki habitaba en poblaciones estables de los bosques del sur hace 2.3 millones de años.
Y son precisamente sus características la causa principal del declive de la población. De acuerdo a un reporte publicado en Nature, a este gigante le tocó enfrentarse a varios cambios en el hábitat, a los cuales no se logró adaptar.
Por un lado, su tamaño lo hacía presa fácil de otros depredadores, mientras que sus hábitos alimenticios permanecieron igual, incluso cuando sus fuentes de alimento comenzaron a escasear.
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Esto fue lo que provocó la eventual desaparición del Gigantopithecus blacki, el que fue el primate más grande que jamás haya existido.
Asimismo, se explica por qué los orangutanes Pongo weidenreich continúan existiendo a la fecha en el sudeste asiático, ya que son de menor tamaño que el Gigantopithecus blacki.
Las estimaciones de tamaño de esta especie se calcularon a partir de un molar, e inicialmente, los especialistas pensaron que se trataba de un gorila, pero el análisis de las proteínas de los dientes arrojaron que estaba más emparentado con los orangutanes.
Análisis más amplios con luminiscencia estimulada ópticamente dejaron ver que una población alguna vez próspera de G. blacki disminuyó en número y su área de distribución se redujo de cubrir cuatro provincias actuales en el centro-sur de China a solo un área pequeña en lo que ahora es la Región Autónoma Zhuang de Guangxi.
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