Un grupo de arqueólogos descubrió ocho momias, sarcófagos de maderas de vivos colores y figuritas funerarias en una tumba de la época de los faraones, situada en el Alto Egipto, con casi 3 mil 500 años de antigüedad.
La tumba, cercana a la ciudad de Luxor y del Valle de los Reyes, al parecer pertenecía a Userhat, un magistrado de la 18ª dinastía, quien poseía el título de “juez de la ciudad"; pero fue reutilizada unos siglos después, bajo la 21ª dinastía, para albergar a otras momias.
“Fue una sorpresa descubrir tantos elementos dentro: utensilios de arcilla con el nombre del propietario de la tumba, varios sarcófagos y momias, así como más de un millar de ‘ushebti’”, pequeñas estatuillas funerarias que eran colocadas en las tumbas para sustituir al muerto en los quehaceres del más allá, indicó el ministro de Antigüedades, Jaled Al Anani, durante una visita a la tumba organizada para la prensa.
En un primer momento, la portavoz del ministerio de Antigüedades, Nevine El Aref, había informado del hallazgo de seis momias, aunque precisó que esta cifra podría aumentar por la presencia de fragmentos adicionales.
Más tarde, el jefe de la misión arqueológica, Mustafa Waziri, anunció un total de ocho momias y 10 sarcófagos encontrados en la tumba; y añadió que continúan los registros.
Decenas de estatuillas funerarias
En la tumba, los expertos egipcios se afanan alrededor de sarcófagos de madera, rotos pero bien conservados, decorados con personajes y motivos faraónicos de vivos colores: amarillo, rojo, negro y azul; en su interior se encuentran las momias, envueltas en lino blanco, ennegrecido por los años.
“Alguien concienciado, un sacerdote o un alto funcionario habría recuperado los sarcófagos” inicialmente instalados en las tumbas profanadas por saqueadores, y los habría introducido en el hipogeo, que data de la 18ª dinastía, para conservarlos”, explicó el arqueólogo Waziri.
Sobre una mesa, se alinean decenas de ushbeti de arcilla, de color ocre, encontrados dentro de un profundo pozo en el interior de la tumba; no muy lejos de ahí, sobre el suelo, pueden verse pequeños jarrones de arcilla de todos los tamaños de color ocre, rojo y blanco. Los arqueólogos también han descubierto esqueletos y cráneos humanos.
Otras dos tumbas
En la entrada del hipogeo, otros dos accesos que conducen a sendas tumbas fueron exhumados. “Los registros proseguirán para intentar descubrir qué contienen esas dos tumbas y a su propietario”, según un comunicado del ministerio.
Egipto aprobó recientemente varios proyectos arqueológicos con la esperanza de realizar nuevos descubrimientos, justo cuando el sector turístico, un pilar de su economía, apenas consigue despegar tras los mortíferos atentados de los últimos años.
En octubre de 2015, las autoridades presentaron un ambicioso proyecto, llamado “Scan Pyramids”, con el objetivo de descubrir, principalmente, cámaras secretas dentro de las pirámides de Guizeh y de Dahshur, al sur de El Cairo, y de esclarecer por fin el misterio que envuelve su construcción.
Un año después, el equipo encargado del proyecto anunció que había detectado en la pirámide de Keops, con la ayuda de análisis avanzados, dos anomalías que podrían ser cavidades desconocidas.
Además, las autoridades egipcias lanzaron en otoño de 2015 investigaciones en la tumba del faraón Tutankamón, en el Valle de los Reyes, con la intención de descubrir una cámara secreta que podría albergar la tumba de la reina Nefertiti.
El pasado mes de abril, unas excavaciones en la necrópolis del sitio de Dahshur desembocaron en el hallazgo de las ruinas de una pirámide de 3 mil 700 años de antigüedad (AFP). MR