Washington DC se sumó a los estados de Nueva York y California al presentar el martes una demanda contra el fabricante de cigarrillos electrónicos Juul, el mayor de Estados Unidos, por apuntar con sus campañas publicitarias a menores de edad.
La industria del “vapeo”, como se conoce el hábito de utilizar estos dispositivos, enfrenta un intenso escrutinio por la epidemia de enfermedades pulmonares que ha producido más de 40 muertes y 2, 000 afectados en los últimos meses, además de un uso masivo entre los jóvenes, especialmente estudiantes de secundaria.
La demanda del gobierno de la capital estadounidense acusa a Juul de vender sus productos de forma ilegal a menores de edad, utilizar plataformas online como Facebook e Instagram para apuntar a los consumidores más jóvenes y de falsear los datos sobre la seguridad de los dispositivos.
“Estamos buscando detener el empleo por Juul de estas prácticas ilegales que han arrastrado a una nueva generación a la adicción a la nicotina”, escribió en Twitter el fiscal general de Washington DC, Karl Racine.
Juul apuntó específicamente a los jóvenes a través de cartuchos saborizados, con gustos como menta o mango, un diseño sofisticado y una composición química diseñada para atraer a quienes fuman por primera vez, según el texto judicial.
En un comunicado, Juul dijo haber “suspendido toda la publicidad en radio y televisión, impresos y soportes digitales”.
La compañía ya había negando anteriormente apuntar a los menores de edad y retirado del mercado algunos de sus sabores más populares entre los jóvenes.
Según una encuesta nacional sobre el uso de tabaco entre los jóvenes en Estados Unidos divulgada este mes, más de 5 millones de estudiantes de secundaria dijeron haber usado cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días, una cifra récord.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en septiembre que estaba considerando una prohibición de estos productos saborizados, pero descartó la idea luego de una fuerte presión del lobby de esta industria.