La expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye defendió su inocencia durante su primera comparecencia ante el tribunal que la juzga por su participación en la trama de corrupción de la ‘Rasputina’, que supuso su destitución y su arresto preventivo en marzo.
Park, con un semblante abatido, entró a la sala del tribunal, evitando cruzar su mirada con su antigua confidente, también juzgada en el proceso, Choi Soon-Sil, epicentro del escándalo.
Park llegó a la corte en un bus del ministerio de la Justicia. Fue escoltada por seis guardias mientras caminaba esposada y vestida con un traje azul, con un identificatorio con su número de celda.
Esta ha sido su primera aparición desde que fue llevada a prisión en marzo.
La caída
La caída en desgracia de la expresidenta comenzó a mediados de 2016 cuando se reveló que su amiga y confidente Choi Soon-sil, que nunca ocupó ningún cargo oficial, aprovechó su influencia para conseguir que grandes compañías surcoreanas le pagaran millones de dólares.
Así, la confidente obtuvo supuestamente 70 millones de dólares para dos fundaciones que controlaba, una suma que utilizó con fines personales.