La compra de la refinería Deer Park en Houston, Texas, tuvo un precio acordado de 600 millones de dólares en mayo de 2020, más la absorción de los pasivos que se tenían en ese momento. Meses después, Octavio Romero Oropeza, director de Pemex (Petróleos Mexicanos), informó que las deudas de esa instalación ascendían a 595 millones de dólares, y que la primera parte acordada fue liquidada en efectivo a Shell por el 50.005%, mientras que el resto de la deuda sería saldada por Pemex.
Esta mañana, durante su conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que la refinería texana ya se había pagado con las utilidades que se generaron de enero a junio.
“Les voy a dar una noticia: de enero a la fecha ya se pagó la refinería que compramos de Deer Park”, dijo el mandatario. “Los 600 millones de dólares que se pagaron ya los recuperamos de utilidad”, agregó. Sin embargo, al presidente se le olvidó que la refinería tiene pasivos que aún deben subsanarse.
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Aunque Petróleos Mexicanos recibió a finales del año pasado una inyección de 3 mil 500 millones de dólares de parte del gobierno federal para aligerar las deudas de la petrolera, y se especuló que parte de ese dinero fue a saldar adeudos de Deer Park, aunque se hayan pagado no se han recuperado, por lo que las palabras del presidente solo abarcan la mitad de lo que costó el complejo en Houston.
El mandatario mexicano recriminó a opositores a la compra de Deer Park y a la construcción de la refinería de Dos Bocas que han dicho “que no es negocio la refinación”, y puso de ejemplo que de no ser así, las plantas de Estados Unidos no estarían trabajando hoy al 95% de su capacidad para producir gasolinas, y aprovechó para hacer un llamado a la seguridad de los trabajadores en el país vecino debido a que las refinerías están operando al límite.
