En 2015, a la mitad del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, México alcanzó 97.2% de cobertura en vacunación para niñas y niños de un año de edad con esquema completo. Tres años después, en 2018, la cobertura decayó a 88.9 por ciento.
Con la llegada del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la capacidad de los sistemas de salud para ofrecer el esquema de vacunas a los recién nacidos cayó a un más, al pasar a 79.7% en 2019 y a 78.2% en 2020.
De acuerdo con un documento de la Dirección de Evaluación del Desempeño de los Sistema de Salud, dependiente de la Secretaría de Salud, la meta del actual gobierno es llegar a 90% de cobertura en 2024; sin embargo, desde antes de la irrupción de la pandemia de Covid-19, los objetivos parecían alejarse cada vez más.
Los planes de vacunación forman parte del objetivo prioritario número 4, del Programa Sectorial de Salud 2019-2024 (Prosesa), el cual busca “garantizar la eficacia de estrategias, programas y acciones de salud pública, a partir de información oportuna y confiable que facilite la promoción y prevención en salud, así como el control epidemiológico”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19, “la cobertura adecuada de vacunación contribuye a disminuir las inequidades sociales, ya que reduce la mortalidad y morbilidad debidas a enfermedades infecciosas que tienden a afectar en mayor proporción a los niños, en especial a los niños de las familias más pobres”.
La misma encuesta refiere que la vacuna más cobertura es la BCG, que ha sido aplicada a 97.3% de los niños de entre 0 y 2 años, seguida por la neumocócica, con 85.3%, la del rotavirus, con 84.8% y la pentavalente, con 71.8 por ciento.