Todo era celebración. Estaba contento, con la frente en alto y hasta hablaba de corrido. Luego de todo el informe para combatir la inflación, el presidente López Obrador se mostraba feliz y hasta retador.
“Decirle al pueblo de México que con estas medidas garantizamos que haya control en el aumento de precios, que afortunadamente tomamos decisiones a tiempo y que fue acertado destinar un subsidio para que no aumentara el precio de las gasolinas”, dijo orgulloso.
Tal era su altivez, que hasta soltó: “los mexicanos ya vamos a la vanguardia, poniendo el ejemplo, aunque no les parezca, la inflación en México es menor a la de Estados Unidos y menor a la de Europa”.
Ante la mirada de la prensa y sus propios funcionarios, el mandatario presumía que el peso no se ha devaluado, que ha resistido, y que los energéticos cuestan menos que en la mayoría de los países del mundo.
Foto: Cuartoscuro
Alzaba la voz en tono de victoria, pero no podía terminar sin antes hacer algo que ya es costumbre: culpar a gobernantes pasados de la situación y restregar su estrategia.
“Desde luego, estas medidas antiinflacionarias son heterodoxas, estas medidas no las aplicaban los neoliberales. Ellos satanizaron el subsidio y no les importa proteger la economía popular. A nosotros sí, porque la inflación es un impuesto que afecta a los trabajadores, que afecta a los pobres”, apuntó.
Como parte del programa antiinflacionario, el director de Segalmex, Leonel Cota Montaño, tuvo su participación, y la prensa quería saber sobre el fraude cometido en dicho organismo, pero sobre eso no quiso responder.
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“Mejor otro día les informaremos’’, dijo, porque “es otro asunto”. No quería empañar su felicidad. Pero ya entrados en el tema, le preguntaron sobre la corrupción y las redes que pudo tejer el expresidente Enrique Peña Nieto antes de dejar su cargo.
“¿Cómo considera y cómo ve usted esta manera de expresidentes?”, le preguntaron y se soltó. “Durante todo el periodo neoliberal” —agarró aire—, “estamos hablando de, no del robo del siglo, sino del robo de cinco siglos”, comenzó su clase de historia, ya muy común en las mañaneras.
Sin embargo, ahora la culpa se volcó hacia otro rumbo, los medios de comunicación. “En ese periodo de mayor saqueo, la mayoría de los medios de información guardaron silencio cómplice, lo mismo los intelectuales orgánicos”.
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Una vez más, los medios tenían la culpa. Pero no paró ahí. Recordó que cuando triunfó en la contienda por la Presidencia de la República, aseguró que sólo enjuiciaría a expresidentes si el pueblo lo pedía, en la consulta que iba a realizar.
Pero, ¿qué pasó? “Los medios no difundieron la consulta, nadie habló de eso para que no se cumpliera con el número de votos o de participantes y no fuese una consulta vinculatoria, es decir, que llevara a una investigación”.
Cual Poncio Pilatos se lavó las manos: “votaron porque se investigara a los expresidentes pero no se llegó al número que exige la ley. Yo cumplí con mi responsabilidad”, dijo y, una vez más, el orgullo se apoderó de él.
Sin embargo, reconoció que ya existen denuncias e investigaciones, pero eso ya no tiene que ver con el Ejecutivo, eso corresponde a la Fiscalía General de la República, “que es autónoma”.
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