La especie humana come cada vez más carne animal, tal como lo muestra un estudio Agricultural Outlook de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
Factores como la disponibilidad de productos, precios, niveles socioeconómicos, estaciones climatológicas son determinantes en la configuración de los hábitos y tradiciones alimentarias.
Esta situación, dice el organismo internacional, se debe
al aumento en la preferencia por la carne de ave, que para 2024 tendrá un aumento de 27 toneladas de consumo, algo que puede estar asociado con el crecimiento poblacional, mucho mayor en los países en desarrollo, combinado con el mayor precio de la carne de res.
El mismo estudio asegura que el consumo de carne per cápita a nivel mundial experimentó cambios importantes en las últimas décadas, aunque los cárnicos de oveja han tenido un crecimiento moderado en su adquisición, pues de 2012 hasta su prospectiva de consumo en 2024 subió tres toneladas.
Por ejemplo, en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cifra de consumo per cápita se ha asociado al nivel de ingresos y el cambio en la calidad de vida derivado de la urbanización, el tránsito en la preferencia de alimentos con más proteínas de origen animal.
Si bien la industria cárnica mundial
—de vacuno, cerdo, aves de corral y ovejas— proporciona alimentos y un medio de vida para miles de millones de personas, tiene consecuencias ineludibles para el medio ambiente, advierte el organismo internacional.
Para 2024 se estima que la carne de pollo en México sea la principal fuente de proteína animal.