Durante los 35 años previos a la pandemia de Covid-19, el gobierno de Estados Unidos invirtió al menos 337 millones de dólares en investigaciones que condujeron directamente al desarrollo de las vacunas de ARN mensajero contra Covid-19, cantidad que se suma a otros 31 mil 600 millones que se dieron durante la pandemia, señala un estudio publicado hoy que asegura haber hecho el primer tratamiento sólido sobre el tema.
Si bien el equipo de investigación reconoce que estas inversiones públicas “se tradujeron en millones de vidas salvadas” y que la tecnología de estas vacunas “tiene el potencial de abordar futuras pandemias y tratar enfermedades más allá de la Covid-19”, señala que los formuladores de políticas deberían “garantizar un acceso mundial equitativo a las tecnologías sanitarias financiadas con fondos públicos”.
Para hacer el cálculo, los investigadores, de las universidades de Harvard y Tennessee y del Brigham and Women’s Hospital, analizaron informes financieros de los Institutos Nacionales de Salud, el Departamento de Defensa y la Autoridad de Investigación y Desarrollo de EU desde enero de 1985 hasta marzo de 2022.
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Los autores aclaran que “tradicionalmente” este tipo de subvenciones no incluyen disposiciones para garantizar el acceso público o la asequibilidad de futuras invenciones ni el acceso global equitativo a las invenciones de importancia para la salud pública.
“Menos del 35 % de los africanos han recibido al menos una dosis de cualquier vacuna contra la Covid-19”, señala el equipo. “Una de las razones es la falta de acceso a la propiedad intelectual”, añade.
El costo de fabricar una dosis única de la vacuna Covid-19 de ARNm oscila entre uno y tres dólares; sin embargo Estados Unidos pagó a Moderna, que recibió la mayor parte del financiamiento, 15.25 dólares por dosis en 2021 y 26.36 en 2022.
A Pfizer-BioNTech, que ha señalado que no recibió financiamiento de EU pero que, dicen los autores, no habría podido desarrollar la tecnología sin el financiamiento previo, se le pagaron 19.50 dólares por dosis en 2020, 24 en 2021 y 30.48 en 2022 por el refuerzo bivalente.
Inequidad. Pese a la producción masiva, en lugares como África, el acceso a las vacunas ha sido muy desigual.
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