Este sábado, el cuerpo de Shaeed Woodard tuvo sus servicios funerarios y posteriormente fue enterrado acompañado de sus familiares y amigos.
Woodard fue uno de los estadounidenses asesinado a tiros hace tres semanas por el Cártel del Golfo en Matamoros, municipio tamaulipeco de México.
Alrededor de 100 personas se dieron cita para recordar a Shaeed Woodard en el primer funeral de los dos hombres asesinados en esa ciudad fronteriza. El funeral del afroamericano se dio a unos días de que cumpliera 34 años.
Woodard murió durante un viaje en automóvil en el que acompañó a su prima a hacerse una cirugía estética. El funeral se realizó en el Templo de la Buena Nueva de la Salvación en Lake City, Carolina del Sur.
El pasado 2 de marzo, en Matamoros un vehículo se estrelló contra la camioneta en la que viajaba con otras personas cuando se dirigían a una cita médica para Latavia McGee. Los grupos del crimen organizado que los interceptaron, dispararon en su contra, matando a Woodard y Zindell Brown; McGee y Eric Williams sobrevivieron.
Los Escorpiones y su “acto terrorista”
Los reportes señalan que fue una célula del Cártel del Golfo denominado “Escorpiones” quienes los atacaron. Fue un mensaje con una disculpa el que señaló esa información, el cual se encontró junto a un grupo de hombres amarrados, presuntos responsables del hecho.
Según informó la agencia AP, durante el funeral, los guías espirituales rechazaron los pensamientos vengativos.
“Les pedimos a ustedes que nos den un corazón limpio. Porque ningún cártel, ningún demonio, ningún espíritu maligno, ningún creador de infiernos, nadie… No buscaremos venganza”, dijo el ministro Dearest Price.
Nisheeka Simmons, primo de la víctima, leyó un poema que le dedicó y recordó su temperamento dulce, y lo bien que se sentían sus allegados en su presencia.
Por su parte, el pastor Hugh Samuels mencionó unas palabras de consuelo para la familia de la víctima y agradeció a Dios por unir a las personas en torno a la muerte de Woodard; la cual, dijo, debería ser un recordatorio para la gente acerca de la incertidumbre del futuro.
“El hermano Shaeed y tres personas más viajaron a México. Pero el Hijo del Hombre llamó al hermano Shaeed (…) no se nos prometió que hoy saldremos caminando de este lugar. Uno no sabe cuándo Dios va a llamarlo por su nombre”, dijo Samuels.
Al respecto, Colin Ram, abogado de la familia, dijo: “no se equivoquen, lo que sucedió en México fue un acto de terrorismo que afectó las vidas de cuatro estadounidenses, de cuatro habitantes de Carolina del Sur”. DJ
Con información de AP
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