“Yo lo que quiero es justicia para mi hijo”, reclamaba doña Angélica González, madre de Daniel Picazo, a la salida de la iglesia donde dieron el último adiós al joven linchado y quemado vivo por error en Papatlazolco, Huauchinango, Puebla, el pasado viernes.
Antes de sepultarlo en el panteón de San Nicolás Tolentino, en la alcaldía Iztapalapa, familiares y amigos recordaron al joven asesor político con vida.
El hombre se formó dentro de diferentes escuelas futbolísticas, llegando a jugar en segunda división y por ello, su padre Nicandro lo enterró con las playeras de los equipos para los que llegó a jugar.
Tras hacer una maestría en España, trabajó en el Senado y después en la Cámara de Diputados, hasta ser asesor de la diputada federal mexiquense Joanna F Torres, señaló la señora González.
Los padres de Daniel afirmaron que no descansarán hasta que las autoridades poblanas den con todos los responsables de tan horrible crimen, que nadie quiso evitar.
Tampoco nadie los asesoró a la hora de trasladar los restos de Daniel a la capital del país, y, hasta el momento, los ministeriales poblanos no se han comunicado con ellos para notificar avances en la investigación.
Amigos y compañeros de trabajo externaron su preocupación por los padres de Daniel, así como condolencias para la familia.
BG
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