Argentina se clasificó a los cuartos de final, después de un gran partido ofrecido por ambas escuadras. El encuentro comenzó con una posesión total y favorable para los argentinos, ventaja que no se hizo notar por la pasividad del juego. Los primeros 30 minutos del partido, los porteros no tuvieron acción por el poco atrevimiento ofensivo.
Pero hasta el minuto 35 llegó un gol por parte de Lionel Messi, mediante una triangulación que comenzó en la banda derecha y un tiro raso; así, el astro argentino batió la línea defensiva australiana.
El partido se mantuvo muy cerrado, con llegadas ofensivas de ambas escuadras, pero eso careció de importancia, pues Argentina protagonizaba las jugadas más peligrosas. En la segunda mitad del encuentro, Julián Álvarez aprovechaba un error del guardameta australiano, y puso el 2-0.
Cuando el partido parecía que ya estaba definido, ante la sorpresa de los aficionados argentinos, al minuto 76, el australiano Goodwin remató de volea tras un rechace argentino, cuyo tiro fue desviado por el mediocampista albiceleste y terminó en autogol.
Después del gol, el australiano Behich se inventaba una jugada maradoniana, llevándose a cuatro jugadores rivales de por medio, pero su remate no culminó en gol gracias a un providencial Lisandro, quien la mandó a la esquina. Los 10 minutos restantes del encuentro fueron muy intensos, debido a las llegadas ofensivas de manera constante por parte de ambas escuadras.
Australia tuvo el empate al último segundo del partido, pero el Dibu Martínez se vistió de héroe atajando un peligroso balón de manera por demás espectacular; y con ello, mantenía vivo el sueño de la Albiceleste.