Algo que hay que mirar de cerca es la información que llegó en las últimas semanas a las oficinas de inteligencia federal y que muestran un movimiento “poco usual” de integrantes del movimiento zapatista, el mismo que tiene su base de operaciones en los caracoles chiapanecos. Resulta, dicen los que saben, que los desplazamientos de quienes han ido construyendo el andamiaje ideológico del movimiento del Ejército de Liberación Nacional (EZLN), que se mostró públicamente el 1 de enero de 1994, han sostenido reuniones con líderes de movimientos de inconformes en diferentes estados, uno de ellos Morelos, y otro el de maestros. Por ahora no tienen mucha información de qué es lo que están tratando de articular, porque desde Vicente Fox no se tiene información confiable desde las entrañas del zapatismo, pero basta recordar que se han declarado no amiguis del presidente Andrés Manuel López Obrador.