Este es un tratamiento no quirúrgico de reducción de grasa que utiliza la radiofrecuencia monopolar. Permite focalizar y atacar de forma selectiva el tejido adiposo por medio de un calentamiento terapéutico de la grasa, logrando su eliminación de una manera natural por medio del metabolismo.
La popularidad de la escultura corporal puede atribuirse a que en una sesión se experimenta una reducción de grasa en promedio de 24 por ciento.
Esta técnica no invasiva se realiza en varios consultorios de cirujanos plásticos en Estados Unidos, y permite reducir de forma segura las células grasas sobre todo en esas zonas que son resistentes a las dietas y al ejercicio.
El primer paso reside en someterse a un análisis del cuerpo para programar el tratamiento de forma personalizada y así obtener un resultado óptimo basado en las necesidades individuales.
Durante el tratamiento, con una duración de 15 minutos, la temperatura de la piel aumentará pero se mantendrá cómoda, por lo que la sensación es similar al que experimentas cuando te das un masaje con piedras calientes. Aunque el área tratada quedará enrojecida en las siguientes horas, es posible que tengas una leve sensibilidad al tacto por algunos días, pero puedes retomar de inmediato tus actividades, como ir al gimnasio.
Después de tu tratamiento notarás muchas de sus ventajas, pues no implica visitas al quirófano, reduces de forma progresiva la grasa y verás los resultados finales en cuatro semanas. No requiere de reposo, por lo que es en este momento el tratamiento favorito para quemar grasa.
Así lograrás tener para este verano un cuerpo de tentación
La escultura corporal se basa en la generación de ondas de calor que derriten la grasa y así se logra:
La radiofrecuencia sirve para tratar toda la grasa, desde la piel hasta el músculo.
El calentamiento mejora el daño selectivo de las células grasas.
Las células grasas se eliminan lentamente y se excretan a través del cuerpo.
12 semanas
después del tratamiento, los resultados te asombrarán