Por separado, los tripulantes del sumergible Titán amasan una fortuna considerable, pero juntos, la cifra se vuelve incalculable.
Prueba de ello es Stockton Rush, director ejecutivo y fundador de OceanGate, la compañía encargada del viaje. Según fuentes especializadas, el valor neto del empresario asciende al menos a los 12 millones de dólares, gracias también a su experiencia como ingeniero aeroespacial y su participación en varias empresas a lo largo de su vida.
Otro de los responsables del viaje es Paul-Henry Nargeolet, director de investigación submarina y experto en todo lo que concierne al Titanic. Si bien su fortuna no se ha hecho pública oficialmente, se estima cerca de 1.5 mil millones de dólares, ya que además es propietario de los derechos de salvamento del transatlántico británico hundido en 1912.
Entre los tres tripulantes se encuentra Hamish Harding, dueño de Action Aviation, una empresa dedicada a la compra y venta de aeronaves. De forma parecida, a Nargeolet, el valor de su fortuna no es de dominio público, pero se calcula en mil millones de dólares. Harding es conocido también como un asiduo explorador, y cuenta con cuatro récords Guinness, entre ellos el de la circunnavegación más rápida de la Tierra en avión cruzando ambos polos.
Por su parte, Shahzada Dawood —quien viajaba con su hijo de 19 años, Sulaiman—, es vicepresidente de Engro Corporation, uno de los conglomerados más grandes de Pakistán que abarca desde fertilizantes y energía hasta fabricación de vehículos tecnologías digitales. En su caso, su valor podría llegar a los mil millones de dólares, y su familia se cuenta entre las más acaudaladas de su país natal.
A pocas horas de cumplirse el plazo de supervivencia, los esfuerzos para su rescate se han intensificado, ya que al zarpar en las primeras horas del domingo, el sumergible Titán tenía una provisión de oxígeno para 96 horas, lo que agotaría todas las posibilidades para la mañana de este jueves.
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