Alerta fílmica

6 de Noviembre de 2024

Dolia Estévez
Dolia Estévez

Alerta fílmica

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A primera vista, Sound of Freedom es el típico thriller, con acción, suspenso, violencia, héroes y villanos sobre un exagente del gobierno estadounidense que presuntamente salvó a más de 100 niños de las garras de tratantes pederastas en Colombia. Pero lo cierto es que la nueva cinta producida por Eduardo Verástegui, con financiamiento de mexicanos anónimos, es una peligrosa herramienta propagandística del fundamentalismo cristiano estadounidense para manipular mentalmente y ganar adeptos.

El actor Jim Caviezel y Tim Ballard, exagente del Departamento de Seguridad Interna, que el primero protagoniza, son partidarios de las falaces teorías de la conspiración de la secta pro-Trump QAnon. Caviezel, mejor conocido por su interpretación de Cristo en La Pasión de Cristo de Mel Gibson, avala la teoría qanonista que alega la existencia de una élite mundial de traficantes pedófilos liberales que drenan la sangre de niños raptados para recolectar un subproducto químico de la adrenalina llamado adrenocromo, que presuntamente ofrece una experiencia psicodélica y que incluso promete la inmortalidad a quien la toma. El largometraje no contiene explícitamente estos disparates, pero la narrativa sobre una pandemia de trata infantil sexual fuera de control engrana en las confabulaciones de QAnon.

El miércoles pasado, Trump organizó una proyección privada de la cinta en su club de golf en Nueva Jersey, con la asistencia de Steve Bannon, Caviezel, Ballard, Verástegui y otros conocidos conspiranoicos. También asistió Jack Posobiec,

promotor de la falacia sobre la existencia de una red satánica de tráfico sexual infantil dirigida por demócratas desde el sótano de una pizzería en Washington.

En un pódcast días antes, Bannon y Verástegui se persignaron por el éxito de la película e hicieron votos por la salvación de los niños en medio de oraciones y frente a la imagen de la virgen de Guadalupe.

Sound of Freedom no es una película seria. Es un filme sectario de adoctrinamiento y reclutamiento soterrado que busca instigar pánico moral y llevar a los espectadores a la madriguera del conejo conspiracionista de QAnon. La trata sexual de niños y de mujeres ciertamente es un problema grave en partes del mundo, pero es falso que sea fruto de una conspiración o que esté fuera de control en países que la combaten.

Distribuida por Angel Studios —minúscula empresa especializada en proyectos pseudorreligiosos, fundada por mormones en Utah— la cinta fue estrenada en Estados Unidos el fin de semana largo del 4 de julio. Su súbito éxito sorprendió a propios y extraños. Se colocó como la tercera cinta más taquillera en cines. El fin de semana pasado, fue el filme que generó más ingresos después de Misión Imposible con Tom Crusie.

Sin embargo, es una popularidad inflada, fruto de la compra masiva de boletos de entrada gratis que Angel Studios sigue ofreciendo al público en anuncios pagados en plataformas sociales. Detrás de su artificial aceptación y presunto éxito están personas adineradas anónimas que hacen donaciones individuales de hasta 10 mil dólares para la compra de entradas al por mayor. La promoción en la plataforma de Elon Musk es constante a todas horas.

Gran parte de los casi 100 millones de dólares que la película se ha agenciado desde su estreno, proviene de pases gratis, muchos de los cuales no son redimidos a decir por reportes de salas de cine vacías.

Sound of Freedom está siendo aclamada por las reseñas de derecha y vilipendiada por las de izquierda. The Guardian la llamó “thriller adyacente a QAnon” y Rolling Stonethriller teñido de QAnon”, diseñado para apelar a la conciencia de gente de mentalidad conspiranoica. En declaraciones a The New York Times, Verástegui reconoció la polarización política en torno a la película, pero dijo que espera que las diferencias puedan zanjarse a favor del mensaje contra la trata infantil.

Está por verse si Verástegui usa la película como trampolín para lanzar sus aspiraciones presidenciales de cara a las elecciones mexicanas en 2024. Recientemente dijo que “pronto” anunciará su decisión. Sound of Freedom se estrena en cines mexicanos el 31 de agosto. Es dudable que sea acogida con el mismo fanatismo de la ultra estadounidense o que convenza al electorado mexicano a votar por un dogmático intolerante, de mentalidad oscurantista, matraquero de Trump y de todo lo que éste representa.

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