El gobierno federal pretende gastar 1.2 billones de pesos más para el ejercicio 2023, lo que significa llegar a la cifra histórica de 8 billones 299.6 mil millones de pesos, o un 17.1% más que lo que pidió para este 2022.
Al parecer, los riesgos de recesión global no aplican para México, de acuerdo con el Paquete Económico 2023, ya que sostiene que el crecimiento para este año será de 2.4%, mientras que para el siguiente lo ha establecido en un 3%, pese a que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dijo que es “equilibrado, responsable y realista”.
El gobierno echará mano de su herramienta que le ha funcionado hasta el momento, el Sistema de Administración Tributaria (SAT), ya que pretende captar sólo de impuestos 4 billones 623.6 mil millones de pesos, un 17.2% más que lo planeado para este año que corre. El aumento sería el equivalente a 679 mil 062.5 millones.
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Los rubros donde piensa obtener ingresos sólidos es por el Impuesto Sobre la Renta (ISR) que espera de ahí un ascenso de 21.2%, o de 438.7 miles de millones de pesos; en tanto, por el Impuesto al Valor Agregado (IVA), estima un 16.9% más, es decir, 205.7 mil millones de pesos. La suma de estos dos impuestos le dejarán a la Hacienda Pública ingresos por 3.93 billones de pesos, prácticamente la mitad de lo que va a gastar el próximo año.
También piensa captar por ventas de bienes, prestación de servicios y otros ingresos, un billón 303.97 mil millones de pesos, un 8.2% más a lo que calculó el año pasado, lo que significa que obtendrá 98.65 mil millones de pesos más para este ejercicio. En este rubro apuesta a que las empresas del estado, en otras palabras, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), le darán un billón 225.5 mil millones de pesos, 102.8 mil millones más que lo presupuestado en 2022, o un 9.2 por ciento extra.
Pero también pretende un techo de deuda de 1.2 billones de pesos, un incremento respecto al anterior ejercicio de un 38%, lo que da a entender que no hay ingresos suficientes para cubrir el gasto del gobierno, empero, la bandera de la austeridad republicana que el presidente López Obrador pretende convertir en austeridad franciscana ha sido ondeada.
Pese a que organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial, y el propio Banco de México, prevén una desaceleración en la economía mexicana para la segunda mitad del año y para 2023, la administración morenista insiste en ser más atrevida y contradice al escenario global.
Haciendo el balance adecuado entre ingresos y egresos, el techo de deuda que fue aumentado podría traer graves repercusiones en las finanzas públicas que se han sostenido al momento por una economía que ha crecido a la sombra de la de Estados Unidos que ha incrementado la demanda de bienes, pero también de unos encarecidos precios del petróleo que han apoyado las ventas de petróleo de Pemex y le han dado ingresos extraordinarios, sin embargo, esas cotizaciones ante una recesión global podrían despeñarse, así como una bajada en el ritmo de consumo estadounidense.
3 por ciento de crecimiento económico es la proyección del gobierno mexicano para 2023.
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