A algunas horas de que Rusia haya admitido la posibilidad de un sabotaje en los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico, las sospechas de algunos sectores han caído sobre Estados Unidos. Al respecto, la exrepública soviética abrió una investigación en su contra por “terrorismo internacional”, aunque el país norteamericano se defendió asegurando que denunció “una operación de desinformación”.
“A partir de los elementos enviados por la Fiscalía General rusa, el órgano de investigación de los servicios de seguridad rusos abrió un caso criminal. Una investigación preliminar ha comenzado”, declaró la Fiscalía en un comunicado divulgado en Telegram, en el que recalcó el “grave perjuicio económico” sufrido por Rusia a raíz del incidente.
De momento, la Unión Europea (UE) se limitó a advertir que cualquier posible ataque contra sus infraestructuras energéticas se enfrentará “a una respuesta robusta y unida”, según las palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
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Sin embargo, de manera individual, cada país se encuentra realizando sus propias investigaciones.
Según la información disponible, todo parece indicar que las filtraciones provocadas por explosiones son fruto de un “acto deliberado”, señaló el responsable europeo en una declaración en nombre de los 27 Estados miembros del bloque.
La hipótesis de un sabotaje cobró más fuerza con un informe de inteligencia de Suecia, que dio a conocer que profundizará en sus investigaciones, aunque no divulgó más detalles.
En su defensa, Estados Unidos también dijo que se encuentra compartiendo la información con la que cuenta sobre el funcionamiento y fuga de los gasoductos. Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, informó a los medios que “una investigación como esta, debido a la naturaleza de la investigación bajo el agua, bien podría llevar tiempo. Vamos a permitir que se desarrolle la investigación antes de que comencemos a presentar teorías o hipótesis”.
Por otro lado, entre los sospechosos del sabotaje también se encuentra la propia Rusia; esta semana, Ucrania había advertido de un “ataque terrorista planificado contra Europa” por la exrepública, que calificó dicha acusación de “estúpida y absurda”.
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