A pesar de que la región de América Latina y el Caribe tiene la capacidad de producir alimentos para casi el doble de su población, en los últimos tres años el número de personas hambrientas en la región pasó de 43.3 millones a 56.5 millones, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La paradoja, que fue destacada en la presentación del informe Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe, se explica sobre todo por los aumentos de los costos de una dieta saludable en relación a los ingresos de las personas, lo que lleva a que un mayor número de personas en la región que no pueden permitirse una dieta con una cantidad equilibrada de frutas, verduras, cereales, alimentos de origen animal, legumbres, semillas, aceites y grasas.
Esto hace que en la región se presente una situación compleja en la que crece el número de personas que no tienen acceso a alimentos de manera permanente durante un año o más, pero también aumente la cantidad de personas que consiguen alimentos de baja calidad nutricional y padezcan sobrepeso y obesidad.
Quizá más preocupante es el hecho de que en América Latina y el Caribe la brecha en la prevalencia de la inseguridad alimentaria entre las mujeres y los hombres, ellas la padecen más que ellos, es aún mayor en comparación con lo que se observa en el resto del mundo.
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En ese sentido, la diferencia a nivel global es de 4.3 puntos porcentuales mientras que en la región es de 11.3 %, afectando sobre todo a las mujeres que viven en zonas rurales. Además, esta diferencia en la prevalencia de la inseguridad alimentaria ha ido aumentando significativamente, pues en 2014 era incluso menor al promedio mundial actual con el 4 %.
En la presentación del informe, ayer en Chile, el subdirector general y representante regional de la FAO, Mario Lubetkin, señaló que la región sufrió el impacto de una serie de crisis, como la pandemia de la Covid-19, desastres naturales causados por el cambio climático y la guerra en Europa, que incidieron en el comportamiento de los precios de los alimentos y los fertilizantes.
Sin embargo, en los países de la región se registra el mayor costo de una dieta saludable en comparación con otras áreas geográficas y 131 millones de personas no tienen acceso a ella debido a sus altos precios, dijo Lubetkin, y agregó que “América Latina y el Caribe atraviesan una situación de inseguridad alimentaria sin precedentes, con proyecciones que no son alentadoras”.
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