De acuerdo con la Oficina de Rendición de Cuentas del gobierno de Estados Unidos (GAO, por su siglas en inglés), hasta 23 millones de personas han padecido secuelas de Covid-19 en este país y alrededor de un millón de ellas se vieron obligadas a dejar el trabajo por esta causa.
“La magnitud completa de las afectaciones económicas y de salud no se conoce, pero se calcula que sea significativa”, asegura la GAO en un comunicado donde comenta que se están realizando diversos estudios sobre el tema.
Se calcula que entre 10 y 30% de las personas que sobreviven a Covid-19 padece alguna o algunas de las secuelas, por lo que para febrero de 2022 entre 7.7 y 23 millones de estadounidenses podrían haber desarrollado esta condición.
La GAO retoma también un meta análisis hecho por la Brookings Institution que encuentra que alrededor de 31 millones de pacientes con Covid largo permanecieron enfermos durante un promedio de tres meses. “Eso significa que alrededor de 4.5 millones pueden haber estado enfermos en algún momento durante los últimos 20 meses”.
Claro que no todas esas personas dejaron de trabajar, sólo lo hizo el 23%, según un estudio, aunque otra investigación mostró que el 28% dejó de trabajar debido al Covid prolongado en el momento del análisis. Eso sugiere que en cualquier momento de los últimos 20 meses alrededor de 1.1 millones de estadounidenses no trabajaron debido a esta condición.
Para tener números más precisos del Covid largo, que presenta dificultades incluso para ser diagnosticado, los Institutos Nacionales de Salud invirtieron mil 150 millones de dólares en una iniciativa que combina datos de 200 centros de investigación.
En México no se tienen las cifras de cuántas personas dejaron de trabajar a causa del Covid largo, pero las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre ocupación y empleo de diciembre a enero muestran una importante caída en la Población Económicamente Activa (PEA), que pasó de 59.02 millones a 57.7 millones, una diferencia de un millón 344 mil trabajadores, la mayor caída en el último año, que analistas atribuyeron a efectos de la variable Ómicron. Estás personas ya no buscaron empleo, por lo que se puede interpretar que hubo algún impedimento para regresar a laborar.