Si bien niños y adolescentes se ven afectados por la infección de Covid-19 en mucha menor medida que los adultos, esto no quiere decir que no puedan padecer la forma grave de la enfermedad e incluso morir.
Un estudio recientemente publicado hecho en el Instituto Nacional de Pediatría (INP) encontró que, en general, la enfermedad en los pacientes menores de 18 años en México tiene manifestaciones similares a las que se han observado en otros países; sin embargo hay algunas diferencias, lamentablemente una de ellas es una mayor mortalidad.
El reporte de la investigación que fue publicado en el Journal of Tropical Pediatrics, encontró que en su muestra de 86 pacientes ingresados en el INP, la mortalidad de los pacientes fue del 5%, “contrariamente a lo reportado en las series del Reino Unido y China, que fue del 0.9%”, observaron los autores del estudio.
En riesgo.Los niños mexicanos enfrentan una tasa de mortalidad aparentemente más alta que países como China y Reino Unido.
Los investigadores aclaran que en el estudio sólo se incluyeron pacientes hospitalizados, por lo que representa solo a niños en el espectro más severo de la enfermedad. También, que la mayoría de sus pacientes presentaban una enfermedad crónica o estaban inmunosuprimidos. Aun así consideran que el dato de mortalidad es relevante y debe considerarse para seguir reforzando las medidas de distanciamiento social.
Otra diferencia importante es que ninguno de los casos del grupo de menos de dos meses de edad requirieron ingresar a unidades de cuidado intensivo pediátricas (UCIP) y no manifestaron enfermedad grave.
Por el contrario, en los casos reportados en Europa, los pacientes menores de un mes de edad eran los que tenían el mayor riesgo de ingreso a una UCIP; en China, el grupo de un mes era el que tenía “una mayor proporción de pacientes graves (10,6%), lo que sugiere que eran más vulnerables a presentar una infección grave”.
La mayoría de los casos en territorio nacional (39.5%) ocurrieron en el grupo de edad de mayores de 12 años, mientras que un estudio de Nueva York los pacientes menores de dos meses representaron el 29%, pero ninguno manifestó una enfermedad grave.