Los problemas relacionados con la Covid-19, como interrupciones en la cadena de suministro o la difusión de información errónea, están entre las causas principales de que esté ocurriendo “la mayor disminución sostenida de las vacunas infantiles en aproximadamente 30 años”.
Datos oficiales publicados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) revelan que la pandemia ha generado una multitud de factores que disminuyeron la aplicación de las diferentes vacunas, como el hecho de que un mayor número de niños que viven en entornos frágiles o que se desviaron recursos para responder ante el coronavirus SARS-CoV-2.
Como ejemplo, las organizaciones ponen el caso de la tercera dosis de difteria, tétanos y tos ferina (DTP3), que a nivel mundial cayó del 86% de cobertura en 2019 al 81% en 2021.
Esta bajada de cinco puntos porcentuales implica que 25 millones de niños no estaban vacunados o estaban insuficientemente inmunizados contra esta enfermedad en 2021, estos son dos millones más que en 2020 y seis millones más que en 2019.
“Las consecuencias se medirán en vidas”, dijo Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
“Si bien se esperaba una resaca pandémica el año pasado… lo que estamos viendo ahora es una disminución continua. La Covid-19 no es una excusa”.
De acuerdo con los datos, con respecto a esta vacuna, la disminución de la cobertura en México comenzó antes de la pandemia, pues en 2016 la cobertura fue del 93%, bajó en 2018 a 88%, a 82% en 2019 y en 2021 alcanzó su nivel más bajo con el 78 por ciento.
Cabe señalar que esa disminución no fue una cuestión regional, ya que otros países de América Latina mantuvieron altas coberturas de vacunación; en particular Chile, que en los últimos siete años no ha bajado del 93% de cobertura de la DPT3, y Colombia, cuyo nivel más bajo se alcanzó en 2021 con 86 por ciento.
En otras vacunas, México tuvo disminuciones similares; por ejemplo, en la cobertura de vacunación contra la polio pasamos del 88% en 2018, al 72% en 2020 y hubo un repunte al 78% en 2021. En la región, Brasil y Argentina han tenido comportamientos muy similares.