Covid-19 y la reestructuración del sistema de salud en Reino Unido
La base científica del cambio en la política de atención se basó en la capacidad de respuesta de las instituciones de salud
David John Hunter, epidemiólogo estadounidense y exprofesor en los departamentos de Epidemiología y Nutrición de la Universidad de Harvard, criticó la respuesta del gobierno de Reino Unido para hacer frente a la epidemia de Covid-19, que hoy suma 263 mil 804 casos confirmados en el mundo, 11 mil 123 en más 162 países.
En un artículo publicado en The New England Journal Medicine, David J. Hunter, aseguró que mientras los médicos y científicos presionaban el “botón de pánico” frente al brote epidémico, la respuesta gubernamental no se activó hasta la tercera semana de marzo, mientras esperaban que los modelos probados en otros países para frenar la pandemia funcionaran.
“El Reino Unido está a punto de experimentar un desafío como ningún otro en sus 70 años de existencia”, destacó.
El académico criticó al instinto británico de “mantener la calma y continuar” mientras que las políticas públicas debían estar orientadas a la contención e identificación de personas infectadas, en el rastreo de contactos y en el aislamiento de personas con exposición comprobada.
Sin embargo, en la segunda semana de marzo, cuando ya se habían registrado casos, no hubo intención de prohibir los eventos masivos porque, según el modelo estadístico, el impacto sería mínimo.
El 12 de marzo, el primer ministro Boris Johnson celebró su primera conferencia de prensa sobre el tema, y acompañado por su principal asesor médico y su principal asesor científico, no ofreció ninguna recomendación y tampoco hubo instrucción para cancelar el carnaval anual de carreras de caballos que reunió a 250 mil personas en Cheltenham.
Mientras tanto se preparaba el partido de rugby entre Escocia y Gales, al que asistirían miles de fanáticos, sin embargo, las autoridades deportivas, tanto rugby como fútbol, decidieron posponer los partidos, a pesar del costo financiero, ante la ausencia de una política gubernamental.
“Muchos miembros de la comunidad de salud pública del Reino Unido habían estado enviando mensajes de creciente preocupación, algunos desde la publicación inicial de datos de China en enero, más a medida que la epidemia se aceleró en el Reino Unido y Europa en febrero, y muchos más. La difícil situación de nuestros colegas italianos y sus pacientes se hizo evidente. La falta de acción del gobierno en la segunda semana de marzo también estaba completamente fuera de sintonía con casi todos los demás países europeos”, destacó.
El otro argumento para mantener la misma política fue que los científicos conductuales advirtieron que la “fatiga” con estrictas medidas de control de infecciones se establecería si se activaran demasiado pronto, un argumento que en México ha hecho suyo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gattel, único vocero autorizado para el tema.
El temor a tal fatiga, combinado con preocupaciones legítimas sobre los efectos adversos del distanciamiento social en el sentido de aislamiento, soledad y acceso a la atención médica de algunas personas mayores llevó a un argumento de que el distanciamiento social debería retrasarse el mayor tiempo posible.
Cuatro días después, el 16 de marzo, el primer ministro cambió bruscamente de marcha y pidió a cualquier persona que presentara fiebre aislarse por siete días, mientras que quienes conviviera con él, debían permanecer en casa dos semanas.
También recomendó evitar bares, clubes y lugares de reuniones sociales y trabajar en casa, si es posible, pero la medida dependía en gran medida de los empleadores.
También aconsejó a cualquier persona mayor de 70 años que evitara el “contacto social no esencial”, recomendaciones que, en opinión del investigador, resultaron vagas porque se trataba de eso, recomendaciones y no, de una prohibición expresa.
“La subestimación británica estaba en su apogeo: a los ciudadanos, las empresas y los hogares de ancianos se les pidió que leyeran entre líneas y fueran más allá de la política explícita del gobierno. El padre del primer ministro anunció que iría al pub si así lo deseaba, ya que necesitaban a los clientes”, destacó.
La base científica del cambio en la política de atención se basó en la capacidad de respuesta de las instituciones de salud, porque en cualquier escenario, el número de casos que requieren atención especializada excede en gran medida la capacidad de aumento del Servicio Nacional de Salud.
A pesar de que el modelo recomienda el cierre de escuelas y universidades para amortiguar el contagio, los centros de estudio permanecieron abiertos hasta el miércoles, cuando se anunció el cierre.
“Quizás el gobierno finalmente haya entendido el punto bajo en el que se ha hundido después de una década de recortes presupuestarios dictados por las políticas de austeridad. Tenemos acceso universal a la atención gratuita en el punto de servicio, y profesionales de la salud leales y trabajadores.
“Sin embargo, los médicos generales son muy escasos, y muchos hospitales son viejos y no están equipados. Brexit ha contribuido a la pérdida de personal médico y de enfermería europeo”, dijo.
Las “reformas” gubernamentales descentralizaron los servicios y hay más de 200 grupos de comisionados en Inglaterra que pueden tomar decisiones independientes sobre la dotación de personal y la adquisición de equipos, lejos del sistema de atención médica “socialista” que a menudo se supone que ser.
Según elepidemiólogo, el Reino Unido tiene el tercer número más bajo de camas de hospital por cada 1000 habitantes entre el Grupo de 20 países, una grave escasez de equipos de protección personal para los trabajadores de la salud, lo que los obliga a clasificar a los pacientes con Covid-19 potencial mientras usan máscaras faciales de papel y delantales de plástico, en lugar de viseras, batas y máscaras apropiadas.
“A medida que el personal médico adquiere una nueva fiebre o tos, se les recomienda aislarse sin una prueba de SARS-Cov-2, lo que reduce aún más el personal clínico disponible”, destaca.
Los esfuerzos para atender la pandemia incluyen la capacitación en otras áreas clínicas y el empleo de estudiantes de medicina del último grado que cuenten con licencia provisional para ejercer, mientras que los médicos realizan visitas en línea y enlaces en video.
“Se está reestructurando todo un sistema de salud en cuestión de días y semanas”, dice.
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