Covid-19, la oportunidad de cambiar

13 de Enero de 2025

Covid-19, la oportunidad de cambiar

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Los altos niveles de estrés, además del confinamiento y la incertidumbre nos hacen propensos a riesgos de salud mental que se pueden prevenir

Los altos niveles de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares que hay en nuestro país nos hacen propensos a padecer los efectos más severos del Covid-19. En el terreno de la salud mental el panorama es incluso peor, sobre todo porque es un tema al que se dedica poca atención y apenas recibe el 2.2% del presupuesto en salud de México.

En mayo de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) integró el burnout o desgaste laboral a la Clasificación Internacional de Enfermedades como un síndrome derivado del estrés crónico generado en el ambiente de trabajo. En el informe, México figura como el país con mayor carga de estrés laboral en el mundo: cerca de 75% de los trabajadores mexicanos lo padecen.

La depresión es considerada el principal problema de salud mental a nivel mundial, debido a que afecta a las personas de entre 14 y 35 años y por ser la primera causa mundial de suicidio. En México, es la primera razón del deterioro de la calidad de vida para las mujeres y la novena para los hombres.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que 29.9% de los mexicanos mayores de 12 años sufren algún nivel de depresión ocasional, mientras que 12.4% los experimenta de manera frecuente. Estas cifras hay que ponderarlas porque la depresión es un tema del que la gente en general prefiere no hablar y en muchas ocasiones ni siquiera es consciente de padecerlo.

Está estudiado que las grandes catástrofes se asocian con síntomas de ansiedad, depresión y el desarrollo de síndrome de estrés postraumático, una causa de discapacidad que aumenta el riesgo de otras comorbilidades psiquiátricas, abuso de sustancias, depresión y suicidio.

La American Psychological Association (APA) establece que las cuarentenas y el aislamiento se asocian con los mismos problemas de salud mental y se ha observado que esta sintomatología aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, de inicio precoz de demencia y un aumento generalizado de la mortalidad.

Sobre los efectos que tendrá sobre la salud mental la crisis económica que ya inició, y que podría prolongarse más que la sanitaria, baste decir que la precariedad laboral y la inseguridad financiera son componentes clave para el alto índice del burn out en México.

Los problemas de salud mental acechan a los mismos grupos de riesgo que complicaciones y mortalidad asociada al SARS-CoV-2, pero la pandemia puede ser impactante en los niños.

La disrupción de una rutina habitualmente activa, el bombardeo de información sobre la pandemia, la falta de madurez ante ideas como la muerte o la convalecencia de una enfermedad e incluso un potencial aumento de la exposición a violencia intrafamiliar o ambientes no seguros, pueden generar daños mentales agudos y crónicos.

El dato. Los especialistas de la Clínica Mayo recomiendan ser constantes con las prácticas de autocuidado, incluso una vez terminada la emergencia sanitaria.

De la tolerancia a los beneficios colaterales

Para la psicóloga clínica y divulgadora de ciencia, Lourdes Patiño Barba, el origen o agravamiento de las afectaciones mentales que puede provocar el Covid-19 se encuentra en la incertidumbre. Al ser una amenaza nueva, nadie sabe qué hacer y mucho menos qué sucederá.

Dado que la incertidumbre es ineludible se recomienda, por un lado, desarrollar tolerancia a la misma. Hay gente que tiene o ha desarrollado una mayor tolerancia a la incertidumbre, explica Patiño Barba. Los ejemplos clásicos son los emprendedores, vendedores, artistas, la gente que vive al día; también hay quienes la adquieren a través de caminos filosóficos o espirituales.

Para el psiquiatra Moisés Rozanes es posible obtener “beneficios colaterales”. La obligación de permanecer aislados dentro de nuestros hogares “nos da una oportunidad de ver hacia adentro de nosotros mismos que probablemente nunca había sucedido”.

“La postergación sucede porque vivimos en un frenesí, un caos en el que se fundieron las urgencias con las conveniencias, con lo deseable y con lo necesario; ahora todo es urgente... Esta urgencia y prisa que le damos a todo lo que hacemos, es lo que nos condujo a tener altos niveles de estrés”, sostuvo.

Ahora que se impone un cambio en la dinámica, Rozanes sugiere aprender a estar en soledad; aclara que “no es lo mismo que sentirse solos” y que esta soledad introspectiva ocurre en y con familia.

Por vivir al ritmo de tiempos frenéticos y desquiciantes “hemos pagado un precio muy alto en salud mental”. Tenemos la oportunidad de cambiarlo y aprender a estar bien con nosotros mismos.

Cuidados de salud mental

Estos son los hábitos saludables más importantes que durante la cuarentena no sólo te permitirán sortearla, sino protegerte ante el virus.

Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha definido ningún plan para abordar las comorbilidades de salud mental que resulten de la pandemia de coronavirus. Las acciones que podamos tomar serán exclusivamente a nivel individual.

Estas son recomendaciones que ha generado la OMS, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos y especialistas:

Higiene del sueño: Tener un sueño de calidad y cantidad adecuada: no exceder de seis a ocho horas en adultos. Esto incluye dormir a la misma hora cada día.

Estar físicamente activo: En adultos se recomiendan 30 minutos de ejercicio aeróbico al día con 150 minutos a la semana. Realizar estiramientos o caminar en la medida de lo posible. Es recomendable salir al aire libre, si las disposiciones locales lo permiten.

Comidas y bebida: Mantener los horarios de comida con una dieta balanceada, evitar el consumo de alimentos hipercalóricos, bebidas alcohólicas en exceso y tabaco.

Actividades recreativas: Se debe tomar un tiempo para realizar actividades que uno disfruta.

Redes, medios, amigos y familia

Socializar, trabajar en la empatía: usar los medios tecnológicos para comunicarnos y fortalecer los lazos en nuestra familia, amigos u otras comunidades.

Calidad de la información: Conseguir datos de fuentes científicas reconocidas y evitar medios alarmistas, esotéricos o conspiranoicos. Evitar compartir información que provoque síntomas de ansiedad.

Niños: Explicar lo que la pandemia significa; ayudarlos a sentir seguridad y procurar su bienestar emocional; limitar la exposición a información y redes sociales; establecer rutinas que incluyan aprendizaje académico y fungir como modelo de estas conductas.

Autoeducarse en salud mental: Apoyarse en plataformas en línea sobre estilos de vida saludable y verificar que se basen en fuentes científicas; ubicar el directorio de servicios psicológicos en línea o telemedicina local.

Confiar en las instituciones de salud: Estar en desacuerdo con los políticos no implica desobedecer las medidas de salud, sobre todo si se fundamentan científicamente.