En medio de lo que parece ser el ascenso de los gobiernos de izquierda en América Latina, Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta de Argentina, enfrentará un juicio por corrupción en el que se le señala de adjudicar contratos para obras públicas a la compañía de un empresario cercano.
La también expresidenta de Argentina sí enfrentará el juicio por corrupción, después de que la Corte Suprema rechazó los procedimientos legales promovidos para evadirlo.
Esta confirmación se da a sólo unos días de que Cristina Fernández forzara la salida de Matías Kulfas del Ministerio de Desarrollo Productivo de Argentina, luego de que el equipo de prensa de éste revelara cuestionamientos respecto a la licitación realizada por cercanos a la Vicepresidenta para la compra de tuberías que conformarán el gasoducto Néstor Kirchner.
Así, en un acto de respaldo a la Vicepresidenta, Alberto Fernández, presidente argentino, solicitó la renuncia de Matías Kulfas por la filtración y mostró su confianza a la “integridad moral y en la idoneidad” de quienes llevan la licitación.
Pasando de largo este episodio del que la vicepresidenta parece haber salido bien librada, Fernández de Kirchner deberá continuar con el juicio que inició en el año 2019 y que seguirá este 11 de julio, cuando la etapa de alegatos dé inicio.
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Se prevé que como parte de este juicio la Fiscalía solicite una pena de entre cinco y 16 años de prisión en contra de Fernández de Kirchner, a quien distintos sectores en argentina la vitorean para que busque la presidencia en 2023, en medio de una pugna política que sostiene con Alberto Fernández.
Sólo una condena le impediría ser nuevamente candidata presidencial, hecho que podría ocurrir, pues Lázaro Báez, empresario al cual habría beneficiado con hasta 51 contratos para obra pública, fue sentenciado el año pasado a 12 años de prisión por bloqueo de activos.
Recientemente, el presentarse en una reunión de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Cristina Fernández dijo desconfiar de quienes no les gusta mirar el pasado, apuntando que ello sólo ocurre a personas que tienen problemas con lo que hicieron anteriormente.
“Yo no tengo problemas con el pasado, con el mío, con el del peronismo, creo que es muy importante (…) en el pasado, en la historia, en nuestra propia historia encontramos la clave, decodificamos lo que pasamos y podemos atisbar lo que puede pasar, y entonces atisbando lo que fue y lo que viene actuar en el presente”, indicó. CJG
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