Los coreanos iniciaron el partido con una gran ilusión, tomando en cuenta que para ellos con una victoria, se acercaban a la clasificación, siempre y cuando Uruguay asegure el triunfo contra Ghana. Los ánimos de parte de la afición asiática se fueron esfumando cuando al minuto 5, el portugués Ricardo Horta abría el marcador con un gol tempranero, tras un pase raso de Dalot en el área.
Los lusitanos, al tener su pase asegurado, decidieron resolver el partido tras una serie de remates constantes en el arco rival, Corea del Sur intentó reaccionar al gol, adelantando sus líneas. Al minuto 17, tras un saque de esquina apresurado, quedó un balón suelto en el área de Portugal que fue rematado por el delantero coreano, sin embargo, el grito de gol se ahogó tras anular la jugada por posición adelantada.
La revisión del VAR no detuvo la osadía de los asiáticos, pues al minuto 27, en un saque de esquina, Kim Young-gwon empataba el encuentro con un zurdazo potente, tras un balón dividido que rebotó en la espalda de Cristiano Ronaldo. El partido creció en intensidad cuando los uruguayos se adelantaron ante el combinado africano un minuto después del gol de Corea, cuestión que los hinchas asiáticos celebraban con euforia. Cabe destacar que los Guerreros Taeguk dependían del triunfo de La Celeste para avanzar.
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Portugal intentó una jugada larga que cayó a los pies del astro luso, quien se quedó uno contra uno ante el arquero coreano, segundos después, definía con maestría, pegándole al balón de tres dedos, pero una excepcional atajada de Kim Seung-gyu mantenía vivas las esperanzas.
En el entretiempo, la fortuna les sonreía a los asiáticos, pues Uruguay finalizaba la primera parte con un 2-0. La fe crecía cada vez más, pues en el segundo tiempo, los coreanos ingresaron con mayor vigor el resto del encuentro, remataban de manera implacable, pero el guardameta portugués Diogo Costa defendía con creces su portería.
La recompensa de los coreanos llegó en el tiempo agregado, tras un rechace de la defensa asiática, en un tiro de esquina portugués que cayó a los pies de Heung-min Son, quien desbordó por la banda izquierda con una velocidad acérrima y ponía un pase preciso a Hwang Hee-chan, momentos después remataba con sutileza. Las lágrimas no se hicieron esperar al terminar el encuentro, pues los Guerreros Taeguk habían logrado lo imposible.