Corea del Sur y Japón alcanzaron hoy un acuerdo para resolver el tema de las mujeres coreanas que fueron forzadas por el ejército nipón a la esclavitud sexual durante la Segunda Guerra Mundial.
El canciller surcoreano, Yun Byung-se, y su homólogo japonés, Fumio Kishida, anunciaron el acuerdo tras mantener un encuentro en la Cancillería de Seúl, en donde se centraron en el reconocimiento de la responsabilidad de Japón en este asunto y el anuncio de planes para compensar a las víctimas, destacó la agencia Yonhap.
El tema de las ex esclavas sexuales, llamadas eufemísticamente “mujeres de consuelo”, sufrieron profundas cicatrices en su dignidad y honor, y desde esta perspectiva el gobierno japonés se siente responsable, dijo Kishida en una conferencia de prensa conjunta con Yun realizada en la Cancillería.
"(Shinzo) Abe, como primer ministro de Japón, una vez más expresa su disculpa y arrepentimiento desde lo profundo de su corazón a todas las que sufrieron un gran dolor como mujeres de consuelo y sufrieron profundas cicatrices en su cuerpo y alma que son difíciles de sanar”, añadió el canciller japonés.
El encuentro entre Yun y Kishida fue seguido con atención, dado que los dos países intensificaron recientemente sus esfuerzos para resolver la prolongada disputa.
Las relaciones entre ambas partes se han visto dañadas a menudo debido a su historia compartida.
Según el acuerdo alcanzado, Tokio ofrecerá mil millones de yenes (8.3 millones de dólares) en compensación a las víctimas a través de un fondo que será creado por el gobierno de Seúl, mientras que Corea del Sur prometió poner punto final de forma definitiva a la disputa si Japón cumple con sus responsabilidades.
Las tensas relaciones entre Seúl y Tokio fueron fuente de preocupación para Estados Unidos, que desea formar una alianza trilateral en la región contra el auge militar de China y el programa de nuclear de Corea del Norte. Unos 80 mil soldados estadunidenses residen en Corea del Sur y Japón.
Se estima que más de 200 mil mujeres, en su mayoría coreanas, fueron forzadas a proporcionar servicios sexuales para los soldados japoneses en los burdeles de primera línea durante la Segunda Guerra Mundial. La península coreana fue colonia japonesa durante el período 1910-45.
Seúl había demandado durante varias décadas una disculpa oficial y medidas compensatorias para las víctimas, mientras que Tokio se negaba alegando que el tema fue solucionado en 1965 mediante el acuerdo que ambos países firmaron para reanudar sus relaciones diplomáticas.