AMLO y la bondad

27 de Noviembre de 2024

Héctor J. Villarreal Ordóñez

AMLO y la bondad

Quien no haya tenido tiempo de leerla, no se la pierda. La Cartilla Moral inventada y promovida por el gobierno de México es intensa desde su presentación a cargo de Andrés Manuel López Obrador. El Presidente establece que vivimos en un estado de “decadencia” y reitera su consabido dicho de que “no sólo de pan vive el hombre”, en referencia a su consigna de dar, desde el Palacio Nacional, bienestar a las almas.

El texto gubernamental aclara que se basa (con retoques y añadidos) en otro de 1944 de Alfonso Reyes, escrito con “entrañable sabiduría” para “recordarnos el sentido de nuestra vida y cuánto (sic) podemos hacer para ser mejores”. Dice cosas como que “no todo está permitido. Lo excluido es aquello que está mal. El bien es benéfico y el mal es maléfico”.

La cartilla quiere ir a lo específico y aconseja que “para dar de beber al sediento basta tener buen corazón, ¡y agua! Para ser un buen ciudadano o para sacar adelante una familia hay que tener, además, algunos conocimientos”. Entre eso, subraya el de que “el malo por naturaleza es educable en muchos casos (ojo, al parecer no en todos) y, por decirlo así, aprende a ser bueno”.

El panfleto se asoma al mundo y cita a “un filósofo” que decía que “el chino es más atrasado que el europeo; pero es más culto, dentro del nivel y el cuadro de su vida”. Hay capítulos sobre la familia, la sociedad, la naturaleza y las leyes. Acaba resumiendo una “serie de respetos” que hay que tener, comenzando por el que es “a nuestra persona, en cuerpo …que nos enseña a ser limpios y moderados en los apetitos naturales… y en nuestra alma… que resume todas las virtudes de orden espiritual”.

Más allá de lo anacrónico y ridículo que a muchos nos parezca, la retórica lopezobradorista arenga continuamente a que la gente sea buena. Max Weber hizo a principios del siglo XX su famosa distinción entre la ética de la responsabilidad y la ética de las convicciones que, en realidad, no se proponen como cuestiones contrapuestas. Hasta cierto punto, es saludable que al Presidente le ocupe la idea de la bondad y que le inspiren las buenas intenciones. Sin embargo, éstas, cuando son poco claras en sus motivaciones objetivas o sus traducciones políticas concretas, pueden volverse, como dice el pueblo sabio y bueno, el empedrado del camino al infierno.

Partir de la convicción de que vivimos en franca decadencia y uno es el iluminado portador y líder de la bondad no es poca ni buena cosa, peor cuando viene de un político que ejerce el poder público con tan débiles contrapesos. Ahí quizá la motivación de quien arbitrariamente cancela proyectos de infraestructura, despide de golpe a miles de servidores públicos, pretende reescribir la historia en función de sus héroes y obsesiones personales y cierra ductos de gasolina, sin preocuparse de comunicar absolutamente nada ni explicar con claridad su estrategia y sus resultados. Pontificar diario a las siete de la mañana no es comunicar. Repetir frases hechas y repartir consignas morales no es rendir cuentas.

Medios Públicos

Se ha difundido que, entre tantas “bondades”, López Obrador nombrará a Sanjuana Martínez al frente de la agencia Notimex, a Aleida Calleja del IMER y a Gabriel Sosa Plata de Radio Educación, entre otras designaciones relativas a medios de comunicación operados por el gobierno federal. Éxito a ellos. La transparencia y rigor administrativo de sus gestiones y la independencia y calidad de los contenidos de esas necesarias y valiosas instituciones darán cuenta muy pronto de ellos mismos y del gobierno al que servirán.