Contaminación con mercurio, abundante en el mundo maya
El uso del metal líquido y del cinabrio en la decoración pudo llevar a acumulaciones durante el periodo Clásico, las cuales siguen siendo tóxicas hasta hoy
“Para los mayas, los objetos podían contener ch’ulel o fuerza del alma, que residía en la sangre. Por lo tanto, el pigmento rojo brillante del cinabrio era una sustancia invaluable y sagrada”, comenta Nicholas Dunning, de la Universidad de Cincinnati.
El cinabrio está compuesto por alrededor de un 85 % de mercurio y un 15 % de azufre, por lo que “sin que ellos lo supieran, también era mortal y su legado persiste en suelos y sedimentos alrededor de los antiguos sitios mayas”, agrega el coautor de un artículo de revisión, publicado en la revista Frontiers in Environmental Science.
La revisión encontró altas concentraciones de mercurio en el suelo y los sedimentos en los sitios arqueológicos del antiguo mundo maya en prácticamente todos los sitios donde se ha medido: en Chunchumil, México; Actuncan, Belice; La Corona, Tikal, Petén Itzá, Piedras Negras y Cancuén, Guatemala; Palmarejo, Honduras, y Cerén, El Salvador, en concentraciones que van desde 0.016 partes por millón en Actuncan, y hasta 17.16 ppm en Tikal.
Esta contaminación no se generó en la época moderna, señalan los investigadores, y se debe al uso frecuente de productos con mercurio por parte de los mayas del periodo Clásico (entre los años 250 y 1100). Algunos lugares están tan contaminados (arriba de 1 ppm se considera tóxico), que incluso representan un peligro potencial para la salud de los arqueólogos desprevenidos.
Desde las pinturas y polvos que contenían cinabrio y mercurio usados para la decoración, el metal líquido pudo haberse lixiviado de patios, paredes y cerámica; y esparcirse en el suelo y el agua. Además, se han encontrado vasijas selladas llenas de mercurio puro “elemental” (es decir, líquido) en varios sitios mayas como Quiriqua, Guatemala, y El Paraíso, Honduras; y hasta en Teotihuacán, México, que no era maya, pero tenía contacto con esa civilización.
Como el mercurio es raro en la piedra caliza que subyace en gran parte de la región maya, los investigadores especulan que, junto con el cinabrio, se extraía de depósitos conocidos en los confines norte y sur del antiguo mundo maya, y era llevado a las ciudades por comerciantes.
Por otra parte, señalan los autores, se necesita investigación para determinar si la exposición al mercurio desempeñó un papel en los cambios y tendencias socioculturales.
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