El diputado Rafael Hernández, presidente de la Comisión Especial para el Seguimiento al NAICM, afirma que los préstamos y bonos de deuda alcanzan 5 mil mdd Juan Carlos Rodríguez
El esquema de financiamiento del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) ha sido deliberadamente pensado para tratar de impedir que sea fiscalizado y mantenerse en la opacidad, aseguró el diputado federal Rafael Hernández Soriano, presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción de la obra.
“Ya conocemos esos esquemas, ya vimos que son propicios para tráfico de influencias y corrupción”, advierte el perredista, quien cabildea entre los integrantes de la Comisión un exhorto para que el auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal, no se excuse y fiscalice los fideicomisos a donde entran recursos públicos y privados, y con los que se negocian créditos hasta por cinco millones de dólares.
¿Hay voluntad por parte del PRI para abrir toda la información?
—Por el bien de la nación y del propio gobierno federal es urgente transparentar todo y no buscar justificaciones para darle la vuelta a la ley. Dicen que la decadencia no tiene límites, y yo espero que en este caso la opacidad tenga un límite.
¿Es adecuado el esquema que combina recursos públicos con privados?
—No es correcta, esto crea mucha opacidad. Usted recordará cuando el señor (Gerardo) Ruiz Esparza fue el secretario de Obras del gobernador Enrique Peña Nieto, y se construyó el Circuito Exterior Mexiquense y la autopista Arco Norte y ahí se vieron involucradas empresas como Higa y OHL. Esa vez se utilizó un mecanismo de financiamiento público-privado, como el del nuevo aeropuerto, que les daban concesiones hasta por 30 años y después, con la mano en la cintura, estas concesiones se ampliaban 10 años más.
¿Ustedes ven mano negra?
—Yo no tengo elementos para decir que hay corrupción. Lo que sí puedo decir es que este mecanismo no es nuevo, ya lo han usado con resultados que a la vista de todos han acreditado tráfico de influencias y actos de corrupción.
¿Tienen indicios de malos manejos en los fideicomisos?
—No puedo decir si los fideicomisos se están manejando mal, tampoco bien. Lo que me preocupa es una manifestación que hizo Federico Patiño, titular de GACM, cuando le pedí que se dieran a conocer las condiciones créditos y todo de las líneas solicitadas con banca internacional. Me dijo que el plazo era de 50 años y era prorrogable a otros 50, lo cual se me hace un plazo increíble, que no corresponde con la capacidad de generación de ingresos propios del aeropuerto.
¿Hay fundamento legal para exigir que la ASF fiscalice esos fideicomisos?
—Desde luego, por eso estamos cabildeando el exhorto. Lo que nos preocupa es que el auditor en su informe dice que como no recibió la información suficiente se reserva su dictamen y no está en condiciones de emitir una opinión respecto al manejo de mil millones de dólares que se conoce como bonos verdes. Y el año pasado hubo otros mil millones, o sea que ya estamos hablando de dos mil millones de dólares que GACM no quiere reportar. Para 2016 va a venir otro reporte que es una línea de crédito con banca internacional que son 3 mil millones de dólares”.
¿Por qué hay resistencias en el GACM y la SCT?
-Este esquema ya lo tienen estudiado, lo que están haciendo es deliberado para que no sea fiscalizado. Ellos construyeron una caja negra, y hasta que no se abra esa caja negra sabremos si hay manejo adecuado de los recursos públicos.
May day, may day… malas prácticas a la vista
De acuerdo con la ASF, las empresas paraestatales Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) y Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) no han cumplido las disposiciones legales y normativas siguientes y existen anomalías por 239 millones 781 mil 300 pesos: