A dos años y medio del golpe de estado que colocó a Birmania bajo una dictadura militar, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que encontró diversos crímenes de guerra que podrían llevar a los responsables ante la justicia.
En su informe anual, el Mecanismo de Investigación Independiente de la ONU para Birmania, indicó que “las evidencias indican un dramático aumento de los crímenes de guerra y contra la humanidad, con ataques generalizados y sistemáticos contra civiles”. De manera específica, se encontraron bombardeos aéreos indiscriminados, destrucción de pueblos, masacres de civiles y combatientes detenidos, actos de tortura y violencia sexual.
Asimismo, se acusa al ejército birmano y a las milicias afiliadas de “cometer crímenes de guerra con creciente frecuencia y descaro”.
Y aunque los investigadores no pisaron suelo birmano, recopilaron testimonios, documentos, fotografías, videos, pruebas médico-legales e imágenes satelitales a través de más de 700 fuentes.
Y aunque ya se sabía de tales atrocidades, la ONU señaló que los abusos son ahora “más frecuentes y descarados”, por ejemplo con ataques aéreos injustificados sobre poblaciones civiles.
De esta manera se busca procesar a los responsables de estos delitos, para lo cual también se busca compartir la información con investigadores, fiscales y tribunales.
El informe corrobora la información de otros organismos de la ONU, organizaciones no gubernamentales y gobiernos sobre la violencia que sacude Birmania.
Desde el 1 de febrero de 2021, Birmania es escenario de un violento conflicto civil que ha dejado más de 3,000 muertos y cientos de miles de desplazados gracias al golpe de estado que destituyó a la dirigente electa Aung San Suu Kyi. Y aunque recientemente fue liberada, la población civil vive bajo el terror de la junta militar, que se ha ensañado especialmente con las minorías étnicas como la de los chin, que han logrado mantener la resistencia en su territorio.