La
Justicia
chilena condenó a siete exagentes de la dictadura de
Augusto Pinochet
(1973-1990) por la desaparición de una estudiante en 1974 en el marco de la Operación Colombo, un montaje del régimen para encubrir la desaparición de 119 prisioneros políticos.
La sentencia establece la responsabilidad de los antiguos agentes en la comisión del delito de secuestro calificado de la estudiante de Nutrición y Dietética, María Angélica Andreoli Bravo, quien fue detenida ilegalmente el 6 de agosto de 1974, reportaron agencias internacionales.
De manera unánime, el tribunal impuso 13 años de prisión para el general
Raúl Iturriaga Neumann
y los brigadieres
Pedro Espinoza Bravo
y Miguel Krassnoff Martchenko, quienes cumplen largas condenas en prisión por su participación en violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet.
Además de estos condenados, la Justicia dispuso en su fallo penas de 10 años de cárcel para otros cuatro miembros de las fuerzas del Estado.
De acuerdo con la Corte Suprema, en la tarde del 6 de agosto de 1974
Andreoli, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenida en su domicilio en la acaudalada comuna (municipio) de
Las Condes, en Santiago de Chile.
Fue introducida en una camioneta por agentes de la
DINA
y trasladada a un centro de reclusión clandestino conocido como Londres 38, en el centro de la capital, donde fue sometida a interrogatorios bajo tortura y confinada.
La última vez que se vio con vida a
Andreoli
fue un día del mes de agosto o septiembre de 1974, según los testimonios de otros detenidos que compartieron reclusión con ella. Desde entonces está desaparecida.
En 1975, el nombre de
Andreoli
fue incluido entre las víctimas de la Operación Colombo, un montaje de la
DINA
para encubrir la desaparición de 119 prisioneros políticos con el apoyo de las policías secretas de
Argentina
y Brasil.
En ambos países se publicaron ediciones únicas de periódicos inexistentes,
Lea y O Novo Dia, en las que se afirmaba que los desaparecidos habían muerto en purgas internas del
MIR ocurridas en territorio argentino y brasileño.
Durante la dictadura de Pinochet, unas 3 mil 200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de los que mil 192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otros 40 mil fueron encarcelados y torturados por causas políticas.
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