Uno de los protagonistas en todo el entramado de robo a Pemex es el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, (STPRM) que encabeza el tan cuestionado Carlos Romero Deschamps, porque son ellos los responsables de la operación de pipas, ductos, reparaciones, manejo de buquetanques, almacenes y demás puntos clave; por lo tanto, ellos saben cómo, cuándo, dónde y quiénes roban dentro y fuera de las instalaciones. Pero dicen los que saben que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado la orden de que con el sindicato se irán despacito. No es para menos, porque debe conocer la anécdota que le sucedió a Jesús Reyes Heroles cuando era director de Pemex, y se presentó con el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, mostrándole un expediente que había integrado por delitos cometidos por el entonces líder poderoso de los petroleros Joaquín Hernández Galicia La Quina. Al verlo el Presidente, le dijo — palabras más, palabras menos— vaya con eso a hablar con Joaquín y le pide su apoyo para el gobierno, en torno al problema con los estudiantes, refiriéndose a las manifestaciones de 1968. Así que, frustrado, Reyes Heroles se presentó con La Quina y consiguió su apoyo, pero guardó su expediente.