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La temporada de lluvias está por comenzar y es recomendable estar preparados, pues nunca sabemos a ciencia cierta su intensidad y duración, por lo que es importante saber qué hacer y qué no hacer cuando manejamos en medio de los aguaceros.
En estos días, las calles y carreteras se vuelven inseguras cuando apenas comienzan a mojarse, y esto se debe a que los residuos de aceite, gasolina y polvo se mezclan, provocando que los caminos sean resbaladizos y nos pongan en alto riesgo.
TIP. Es importante contar con un seguro de cobertura amplia para ciertos imprevistos causados por la lluvia, ya sea un choque o que encuentres tu vehículo inundado. Verifica que incluyan todo eso y más.
El aquaplaning es un término desconocido para muchos conductores, pero corresponde al momento en el que un vehículo atraviesa un charco o bolsa de agua a cierta velocidad, causando la pérdida de tracción y control.
Para evitar algún percance cuando experimentes esta situación, reduce la velocidad sin frenar bruscamente; trata de que las cuatro ruedas toquen el charco y no gires el volante de manera rápida. De esta forma, el auto mantendrá cierta inercia y logrará salir del charco sin problemas, de lo contrario podrás perder el control y tener una muy mala experiencia.
›En tiempos de lluvias, los accidentes y daños vehiculares son más comunes, por lo que es importante atender los siguientes consejos:
Debes conducir más despacio y guardar una distancia más amplia con el coche que tengas frente a ti; de esta manera podrás frenar con mayor seguridad y menor esfuerzo.
Si paras el auto de forma brusca, los frenos bloquearán las llantas, por lo que no permitirán que realices ciertas maniobras que te ayuden a evitar algún accidente.
En esta época debes estar completamente seguro de que tus llantas, frenos y amortiguadores están en perfecto estado; recuerda que pueden salvarte de pagar un golpe o salir bien librado de un bache.
Es vital que las plumas de los limpiaparabrisas no tengan rastros de tierra o grasa. No olvides limpiarlos constantemente; para ello puedes usar un trapo húmedo o un desengrasante especial que evite la resequedad por la expocisión al sol. De preferencia, coloca en el depósito de los limpiaparabrisas —ubicado debajo del cofre— una solución especial para este tipo de limpieza. En caso de no contar con él, puedes agregar agua y un poco de jabón líquido.