Desde su fundación en el siglo I, la Iglesia Católica se ha caracterizado por mantener sus normativas y costumbres sin cambio, pero la modernidad se impone.
En un contexto en que otras fes como la anglicana permiten acciones como las uniones homosexuales, este miércoles dio inicio el Sínodo de los Obispos, un simposio mundial que discute el futuro de la Iglesia Católica a través de los temas que se viven en la actualidad.
No solo se debatirá el tema de las uniones entre personas del mismo sexo, sino otros temas que han sido polémicos desde hace varias décadas, tales como el celibato sacertdotal y el papel de las mujeres dentro de la institución.
Y aunque el encuentro comenzó apenas hoy, ya se considera histórico por ser el primero que permitirá que mujeres y laicos tengan poder de voto. Apenas en abril de este año, el papa Francisco aprobó cambios a las normas que rigen el Sínodo de los Obispos, que además de contar con los obispos, arzobispos y otros religiosos, inaugurará el voto de 70 miembros que representan a demás fieles del pueblo de Dios. De estas 70 personas, “el 50% deberán ser mujeres y en lo posible jóvenes”, señaló el Vaticano con anterioridad.
No estamos aquí para llevar a cabo una reunión parlamentaria o un plan de reforma, sino para caminar juntos”. Con estas palabras, el papa Francisco dio inicio al encuentro, y aprovechó para advertir contra “algunas tentaciones peligrosas: ser una Iglesia rígida, que se arma contra el mundo y mira hacia atrás; ser una Iglesia apática, que se somete a las modas del mundo; ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”.
Pero esos no son los únicos temas. Además de los señalamientos por los abusos sexuales a menores de edad por parte de representantes de la Iglesia, el Sínodo tiene lugar pocos días después de la detención por fraude y corrupción de tres personas relacionadas al Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano. El escándalo ocasionó la dimisión del director general, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, y se espera que los hechos impulsen una reforma también dentro de la propia IOR.
Otra de las inquietudes dentro de la jerarquía católica es la de la salud del Papa. Ya desde su nombramiento como cabeza de la Iglesia, el pontífice ha registrado diversos problemas que van desde una operación quirúrgica por “estenosis diverticular” en 2021, padecimientos en las rodillas desde 2022, una intervención médica en sus articulaciones en 2022, un ingreso hospitalario por problemas respiratorios y una cirugía de la pared abdominal este año, por mencionar algunos.
Asimismo, la postura del jesuita ha incomodado a muchos sectores dentro de la jerarquía católica, ya que se le ha llegado a considerar demasiado progresista e incluso antisistema por parte de los líderes más conservadores, a lo que él siempre ha puntualizado que aboga por una Iglesia menos estricta y más compasiva hacia sus miembros “imperfectos”, tales como los divorciados o los homosexuales.
El Sínodo de los Obispos se llevará a cabo a lo largo de las próximas cuatro semanas en Roma. A su término se realizará la votación sobre las propuestas que se presentarán al Papa para que las tenga en consideración en los siguientes años de su mandato.
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